Mañana, 22 de julio, será el día santo en el que se celebra a María Magdalena.
Esta celebración ya existía en el misal romano como una memoria obligatoria, pero sólo en 2016 Papa Francesco la hizo solemne, elevándola al mismo grado que las festividades celebradas por los otros apóstoles.
De echo, el 3 de junio de 2016, la Congregación para el Culto Divino publicó un decreto con el cual la celebración de Santa María Magdalena fue elevada a nivel de la fiesta litúrgica; Papa Francesco tomó esta decisión durante el Jubileo de la Misericordia, explicó el Arzobispo Arthur Roche, “para indicar la importancia de esta mujer que mostró un gran amor por Cristo y que fue amada mucho por Cristo”.
Lo que me parece interesante es el hecho de que todo esto es un gran indicador del cambio de conciencia que se ha producido en los últimos años y que está teniendo lugar con respecto a lo Divino Femenino, y es un espejo del despertar y el renacimiento de lo Femenino que está en marcha.
Y dado que el cielo y las posiciones planetarias reflejan nuestro mundo interno, y que cuando se descubre un nuevo planeta, significa que estamos listos para integrar nuevos aspectos, ¿cómo no podemos considerar los estudios e investigaciones de la astróloga Lisa Morpurgo?
Según sus reconstrucciones zodiacales, junto a los doce signos zodiacales, “por condición lógica” se encuentran doce cuerpos planetarios. El primero de estos dos cuerpos planetarios perdidos fue llamado por ella “X-Proserpina”, que, de acuerdo con la reconstrucción zodiacal, debe representar el opuesto y paralelo del simbolismo de Plutón, o sea es tiene características estrictamente femeninas. Astrológicamente, X-Proserpina se consideraría un arquetipo de la Gran Madre y representaría el útero (completando así todo el aparato genital femenino, antes representado sólo por Venus, relacionado con los ovarios), el cabello y las formas de vida vegetal.
Inicialmente se pensó que el primer planeta transplutoniano era un asteroide que descubrieron y al que le atribuyeron el nombre de Proserpina, luego, en realidad, en 2005, descubrieron otro planeta fuera de la banda zodiacal que se consideraba el planeta X: el nombre de Proserpina ya se había utilizado, así lo llamaron Xena; pero a fines de agosto de 2006, la unión de astrónomos decidió rebajarla, junto con Plutón, a un planeta enano, y se le dio el nombre de Eris.
¿No es curioso que cuando nos dimos cuenta de la existencia de Eris, un símbolo de lo femenino y del útero, Plutón, un planeta que siempre ha sido un símbolo de lo masculino, haya sido degradado? Quizás podría indicar el comienzo de un cambio de conciencia con respecto a la relación masculino-femenino, hombre-mujer.
En la mitología de la antigua Grecia, Eris era la diosa de la discordia, por lo que podría representar el lado en sombra de ese lado femenino que el patriarcado ha ayudado a separar y que, por lo tanto, ha perdido gran parte de su poder y fuerza; y ahora Eris podría querer decir que es hora de mirar estas partes desmembradas y volver a unirlas, volver a ser una unidad y redescubrir el gran poder de la Gran Madre.
De hecho, Eris a principios de los años veinte ingresó en Aries, un signo vinculado al nacimiento y nuevos comienzos, y en 1920 en muchos países las mujeres consiguieron el derecho a votar.
Volviendo a nuestra fecha del 22 de julio, podemos decir que marca el paso del signo de Cáncer al signo de Leo: Cáncer, un signo femenino vinculado al Agua ya la Luna, nos habla de profundidad y oscuridad, mientras que Leo, un signo masculino vinculado al Fuego y al Sol, nos habla de exterioridad y luz; es decir, el Cáncer nos acompaña para ver profundamente, para contactar nuestras emociones, y Leo resalta lo que la receptividad lunar de Cáncer ha traído a la superficie, llevándolo a la realidad, a la luz del sol.
¿No podría entonces significar que es hora de sacar a luz a María Magdalena? ¿De aclarar de una vez por todas su figura y su historia?
Entonces, ¿quién es María Magdalena? Es difícil resumirlo en pocas palabras, porque en realidad es una gama de posibilidades infinitas.
Con los años, se han creado varios arquetipos de María Magdalena: como prostituta y como sacerdotisa de la sexualidad sagrada, pero ella es mucho más. Ella ha sido acusada de mentiras falsas y su memoria ha estado oculta durante mucho tiempo, pero ha sido y es una gran Maestra espiritual, y como tal merece respeto en su integridad: como mujer, amada, amante, hija, madre, hermana, Diosa, sacerdotisa, vibración, pareja sagrada y Cristo femenino.
Además, hay otra cosa que es interesante notar en comparación con el 3 de junio de 2016, cuando se decretó la celebración oficial de María Magdalena, y se refiere al asteroide 318, llamado Magdalene.
Los primeros asteroides fueron avistados a principios del siglo XIX y recibieron los nombres de grandes diosas de la antigüedad clásica; ahora los asteroides descubiertos son casi 22.000 y son considerados cada vez más en la astrología porque son muy específicos en su significado simbólico relacionado con los arquetipos.
El asteroide Magdalene fue descubierto en septiembre de 1891 y en astrología está relacionado con un compromiso que se toma con un grupo o una causa colectiva. El 3 de junio de 2016 estaba en la casa dos bajo el signo de Sagitario con movimiento retrógrado, recordándonos, por lo tanto, que había llegado el momento de disolver las creencias espirituales decididas por las instituciones.
En los últimos años se han hecho grandes avances, pero aún nos esperan grandes cambios para poder vivir nuestro Divino Femenino en total libertad y en la plenitud de nuestra soberanía. ¡Pero no olvidemos que nuestra Maestro y amada está a nuestro lado para acompañarnos en este despertar y renacimiento!
Ahava, Francesca Zangrandi
