Mañana la luna estará llena en el signo de Virgo, y será una súper luna, es decir, estará en el perigeo, el punto más cercano a la Tierra. Esto significa que sentiremos su influencia fuerte y clara; las mareas estarán muy activas y las emocionales también.
El signo de la Virgen rige el abdomen y los intestinos. Las medicinas tradicionales siempre han considerado el intestino fundamental para nuestra salud, y para la Medicina Tradicional China el intestino separa lo puro de lo impuro; en efecto, la Virgen disecciona, analiza, separa, examina, clasifica para preservar sólo lo que es realmente importante.
El signo de Piscis (donde se encuentran el Sol y Neptuno) es un signo liminal, cierra un ciclo y al mismo tiempo sienta las bases para el nuevo que se abrirá; es el signo de «aún no»: la naturaleza está despertando, pero está en el pasaje que precede al nacimiento, cuando la semilla enterrada bajo tierra completa su transformación, por lo tanto, podemos decir que está vinculado a la metamorfosis.
En consecuencia, estamos experimentando un momento de gran transición, y esta luna nos empuja a limpiar, separando lo que nos nutre de lo que nos agobia, y nos invita a tirar lo viejo, lo que ya no necesitamos, y a cambiar nuestra vida, preservando sólo lo que realmente nos nutre, nos hace sentir bien y nos ayuda a hacer brillar nuestra alma.
El signo de Piscis representa el infinito, es impredecible, evasivo y extático, mientras que el signo de Virgo representa detalles, es escrupuloso, analítico y enfocado, por lo tanto, estos dos signos muestran las divisiones, también en nosotros, pero con el propósito de reunirnos internamente y encontrar un equilibrio entre lo concreto y lo espiritual, aprendiendo a integrar razón y sentimiento, realidad y sueño, materia y espíritu, consciente e inconsciente.
El signo de Virgo está regido por Mercurio, y el signo de Piscis está regido por Neptuno. En Astrosofía, los planetas se han asociado con los chakras principales: Mercurio está asociado con el primer chakra y Neptuno con el séptimo, y estos dos chakras son los únicos (en el sistema de los siete chakras principales) que no tienen dirección delantera y trasera simultáneamente, sino que están unidos por una sola línea etérica que conecta la parte superior de la cabeza con el área genital, cruzando todos los otros chakras.
Justo en el medio de esta línea etérica, está el cuarto chakra, el chakra del corazón, el asiento de la energía divina de la corona y del impulso vital del área genital, el lugar que une las fuerzas que vienen de arriba y abajo, de dentro y de fuera; por lo tanto, es el lugar donde se encuentran lo material y lo espiritual.
Este chakra se considera la puerta de entrada al alma y todas las formas de amor se originan aquí, así que tomemos el tiempo para meditar y conectarnos con este centro energético.
¿Pero cuál es la energía del corazón? Si le preguntásemos a un poeta, probablemente diría «el amor». Si le preguntásemos a alguien que medita, probablemente diría «la aceptación». Y si le preguntásemos a un filósofo o estudioso de la metafísica, probablemente diría «el vacío».
Y, de hecho, esta última definición también especifica claramente la dimensión del amor incondicional, que es una cualidad del corazón espiritual: no hay necesidad de luchar, esforzarse, preocuparse, afligirse; no hay necesidad de condenar, juzgar, aprobar, perfeccionar; todo es como debería ser.
Así que pongámonos en contacto con nuestro corazón y abrámonos a la alquimia del amor. El amor es capaz de abrir el universo: es una fuerza unificadora, nos ayuda a percibir el mundo en su unidad, entendiendo que no hay límites, que todos estamos hechos de la misma esencia y que el amor es una conexión profunda que nos une a todos.
Por lo tanto, abrámonos a la alquimia del amor y permitamos que el amor abra nuestros corazones, lo que seguramente nos ayudará a enfrentar este momento de transición y cambio de conciencia de una manera más equilibrada.
Feliz luna llena, Francesca Zangrandi
