Mañana tendremos una luna nueva muy especial: no sólo será la segunda luna nueva del mes, sino que estará en el perigeo (punto más cercano a la Tierra) y estará en conjunción con un stellium en el signo de Virgo, es decir, Sol, Marte, Venus y Mercurio se encuentran en el signo de Virgo y no ha sucedido desde 1987.
Virgo es un signo que busca la integración individual, tanto desde el punto de vista físico, mental, emocional y espiritual: ha pasado por todas las etapas de los signos anteriores, es decir, a través del coraje impulsivo de Aries, la estabilidad de Tauro, la curiosidad de Géminis, la necesidad de enraizamiento de Cáncer y la creatividad de Leo, y ahora trata de reorganizar todo lo que ha adquirido para preparar las bases que permitirán la salida al mundo y la colaboración con el exterior.
Para Virgo todo debe integrarse, combinarse, mezclarse: su tarea es consolidar todas las diferentes etapas de la experiencia en un todo orgánico que funcione, preparando el terreno para los sucesivos signos zodiacales, que representan las relaciones con los demás, la sociedad y el mundo.
La energía de Tierra va a estar muy presente en esta luna nueva: no sólo la Luna, el Sol, Marte, Venus y Mercurio están en el signo de Virgo, sino que también forman un trígono de Tierra con Urano en Tauro y Plutón y Saturno en Capricornio.
Toda esta energía de Tierra nos lleva a centrarnos en los aspectos prácticos de encontrar soluciones a los problemas reales que enfrentamos. Además, nos hace más conscientes del daño que estamos causando en la Madre Tierra, de cómo la corrupción y la ineficiencia del sistema político y económico están dañando nuestro planeta; y nos ayuda a darnos cuenta concretamente de lo que estamos haciendo y qué implicaciones implica todo esto.
De echo, para los indios americanos la Madre Clan de este nuevo ciclo lunar que comienza es Mujer Sol Menguante, la guardiana de los sueños y las metas del mañana, que nos enseña a conservar y usar los recursos sin desperdiciarlos, a preparar el mañana planificando el presente, creando y logrando objetivos, utilizando nuestra intención para ocuparnos de las generaciones futuras.
Entonces, ¿qué intenciones y propósitos queremos plantar para el nuevo ciclo con respecto a nuestro cuerpo y la Madre Tierra? Por ejemplo, podríamos pensar qué cambios nos gustaría hacer y qué hábitos nos gustaría abandonar; pero es suficiente llevar la atención al corazón y escuchar lo que nos pide, concientes de que tiene todas las respuestas, solo debemos escucharlo y darle la oportunidad de hablar.
Feliz luna nueva, Francesca Zangrandi