La Luna está transitando en el signo de Sagitario, pero mañana por la noche se completará el primer cuarto lunar en el signo de Capricornio. Por un lado la Luna en Capricornio, signo de Tierra, y por otro el Sol en Libra, signo de Aire: por un lado la tenacidad, la determinación y el pragmatismo que invitan a trabajar con la máxima eficacia para alcanzar el objetivo fijado; y por otro el equilibrio, la ética y el sentido de la justicia que estimulan la capacidad humana de relación e intercambio.
Capricornio y Libra son signos cardinales, es decir, inician las nuevas estaciones (en el hemisferio norte, Capricornio marca el comienzo del invierno y Libra el del otoño). Los signos cardinales invitan a la acción: tienen una visión clara de lo que quieren conquistar y actúan para lograr sus objetivos; pero mientras Libra intenta hacerlo junto a otra persona, Capricornio se inclina más por hacer el camino solo. Los signos cardinales podrían considerarse iniciadores, capaces de transformar una idea en una acción concreta y, por tanto, inclinados a tomar su vida en sus manos. Pero mientras Libra tiende a actuar en el presente con la vista puesta en el futuro, Capricornio también tiene en cuenta el pasado.
La Luna está en conjunción con el asteroide Medusa, que todavía se encuentra en el grado cero de Capricornio. En el mito, Medusa era una de las Gorgonas, y su cabeza con cabellos de serpientes era capaz de petrificar a cualquiera que la mirara; pero Medusa no era inicialmente así, de hecho tenía muchos pretendientes, pero fue violada por Poseidón (Neptuno) en el templo de Atenea, y ésta se enfureció tanto que convirtió el pelo de Medusa en serpientes y convirtió su rostro en algo tan aterrador que petrificaba a cualquiera que la mirara. En astrología, Medusa representa el punto de la vida en el que se pagan las decisiones equivocadas y en el que podemos seguir cometiendo el mismo error si no aprendemos la lección. Pero al mismo tiempo nos impulsa a ir por la vida en busca de la verdad. Y siendo Capricornio uno de los signos vinculados al karma, es como si de alguna manera nos invitara a saldar el pasado, cerrando con lo que ya no es necesario o funcional, y abriéndonos a nuevas posibilidades.
El Sol, por su parte, está en conjunción con Venus, que ha entrado en su propio domicilio (rige el signo de Libra). Sabemos que Venus nos habla de relaciones, pero no sólo afectivas. De hecho, su campo abarca también las relaciones de amistad, la colaboración profesional, los contratos, los acuerdos, … Así que es como si nos invitara a ir al encuentro del otro, intentando hacerle un hueco en nuestra vida; a encontrar un acuerdo en lo posible.
Y en oposición a la Luna encontramos el asteroide Pallas en el signo de Cáncer, formando una T cuadrada cuyo ápex es el Sol en Libra. Palas Atenea nació literalmente de la cabeza de su padre, Zeus (Júpiter), por lo que es muy mental, se concentra en un pensamiento, en una idea, y la persigue tenazmente hasta que la entiende y la pone en práctica. Pero ahora está en Cáncer, un signo de Agua que nos sumerge en nuestras emociones más primitivas, aumentando nuestra sensibilidad y poniéndonos en contacto con nuestra alma.
Como para recordarnos que sí Libra nos invita a hacer espacio para el otro, pero que nuestro hogar está donde está nuestro corazón; y si nuestro corazón nos dice que no está bien en una situación o relación, es bueno alejarse. Después de todo, Júpiter y Quirón en Aries también nos recuerdan que no debemos olvidar el «yo soy», nuestra singularidad.
Ahava, Francesca Zangrandi
