Esta noche se perfeccionará el último cuarto lunar. Cuando la Luna mengua, nos ayuda a limpiar, a soltar lo viejo para dejar espacio a lo nuevo; el mes pasado el último cuarto lunar se produjo en el signo de Géminis, mientras que esta vez estará en el signo de Cáncer. Los últimos cuartos lunares son puntos de inflexión o encrucijadas que abren el camino a la luna nueva y al nuevo ciclo lunar, y esta fase nos prepara para el novilunio en Escorpio del 25 de octubre, que también irá acompañado de un eclipse solar.
Cáncer es el primer signo de Agua del zodiaco: nos aleja de la actividad mental típica de Géminis para sumergirnos en nuestras emociones más primitivas, aumentar nuestra sensibilidad y ponernos en contacto con nuestra alma, recordándonos que nuestro hogar está donde está nuestro corazón. Pero también es el signo que nos habla de nuestro linaje, de nuestros antepasados y de nuestra familia de origen, y da la casualidad de que nos dirigimos a la estación de Samhain, que comenzará precisamente cuando se levante el velo que nos separa del mundo de abajo, dándonos la oportunidad de contactar con nuestros antepasados más fácilmente.
La Luna está en conjunción con los asteroides Lilith y Pallas, y está en cuadratura con el Sol en Libra, que a su vez está en conjunción con Venus. El signo de Libra nos invita a tratar la dimensión de los demás, dándonos la oportunidad de trabajar en las relaciones, y al mismo tiempo nos invita a hacerlo de forma armoniosa, creando relaciones equilibradas. Así que, en general, es como si llegáramos a un punto de inflexión y tuviéramos que hacer una selección de lo que nos funciona y lo que no, no sólo en las relaciones, sino en todos los ámbitos de nuestra vida.
En oposición a la Luna tenemos a Plutón en Capricornio, formando así una T cuadrada con el Sol. Plutón había entrado en movimiento retrógrado a finales de abril y ahora ha salido de la retrogradación, volviendo directo. De aquí a marzo, recorrerá los últimos grados de Capricornio, marcando el fin de un ciclo, y luego entrará en el signo de Acuario, después de 248 años, aunque luego retomará el movimiento retrógrado y volverá a entrar en el signo de Capricornio. Por eso es prematuro hablar de la apertura del nuevo ciclo, y creo que es más necesario hablar del fin del ciclo de Plutón en Capricornio, porque al fin y al cabo es uno de los protagonistas que marcará las energías de los próximos seis meses.
Plutón cruzará los últimos grados de Capricornio quedando en oposición a Lilith. La oposición se perfeccionará en los próximos meses y con el Año Nuevo se irá creando distancia, pero ambos permanecerán en órbita hasta que Plutón entre en el signo de Acuario. Pero si miramos la carta natal de este último cuarto lunar, vemos que la Luna también está en cuadratura con Eris en Aries, que por tanto está en oposición exacta al Sol y forma una cuadratura en T con Plutón y la Luna.
Y Plutón transitará los últimos grados de Capricornio conversando con Lilith y Eris, con quienes permanecerá en esta cuadratura en T hasta marzo. Plutón, el planeta de la transformación, la muerte y el renacimiento, está concluyendo su viaje en el signo de las estructuras de apoyo, las normas y los reglamentos, el poder y el control, los gobiernos y las grandes empresas (que podríamos llamar establishment o patriarcado). Lilith nos recuerda la importancia de conectar con nuestra naturaleza más instintiva y salvaje, la que hemos ocultado, aplastado o negado durante tanto tiempo, y de expresar y comunicar este lado de nosotros; y también habla de la ira que surge de nuestras heridas. Y Eris, hermana de Aries (Marte), en la mitología era la diosa de la discordia y las luchas, la que lanzó la manzana que dio origen a la Guerra de Troya; y en astrología nos muestra la herida de la injusticia, la ira ante las opresiones y los condicionamientos de un sistema corrupto, por lo que puede asociarse con las dificultades, las peleas, la rivalidad, la venganza, pero también con la inventiva, la energía, la mente clara en las emergencias y el deseo de trabajar por la felicidad.
Plutón rige la muerte y el renacimiento, pero sólo se lleva lo que ya hemos superado y lo que ya no necesitamos, por lo que siempre lo hace para nuestro mayor bien. Rige Escorpio, el signo en el que el Sol entrará el próximo fin de semana y en el que se producirá la próxima luna nueva con eclipse. Escorpio no tiene miedo a la oscuridad, sus energías van hacia lo oscuro y lo profundo, y nos lleva a enfrentarnos a nuestras emociones más profundas (signo de Agua) y así poder cerrar con todo aquello que no ha sido completamente procesado y que de alguna manera aún influye en nuestra vida y nuestras elecciones. Nos insta a explorar nuestro interior para prepararnos para la transformación y la renovación, invitándonos a mudar de piel, como las serpientes, y a renacer; pero para renacer primero hay que morir.
Se nos invita a entregarnos, abriéndonos totalmente y permitiendo que sea, aunque no sepamos qué experiencias nos esperan; confiando plenamente en que dentro de nosotros mismos poseemos todas las capacidades que necesitamos para afrontar lo que nos espera. No es necesario clasificar las experiencias como buenas o malas, positivas o negativas. Todo ocurre para nuestro mayor bien, para que podamos avanzar en nuestro camino evolutivo. Tenemos la oportunidad de cortar las ramas muertas que ya no aportan alimento y empezar de nuevo, como hace el agricultor, que aclara las ramas cortando las secas, para que el ciclo de la planta se renueve y sea más resistente a las agresiones externas.
Feliz viaje hacia el interior, las raíces y el pasado, Francesca Zangrandi
PD. El martes 25 de octubre a las 19.00 hora de España, nos reuniremos por zoom para celebrar juntos el novilunio. El encuentro es gratuito, y si te apetece participar, escríbeme para que te envíe el enlace.