Dentro de unas horas, apenas unos minutos antes de la medianoche, se perfeccionará la luna nueva en el signo de Sagitario: no sólo el Sol y la Luna estarán conjuntos en el signo, sino que también lo estarán con Venus y Mercurio, por lo que la energía sagitariana empieza a estar muy presente, alejándonos poco a poco de la energía densa de las últimas semanas y más. De hecho, en los dos últimos años el novilunio en Sagitario siempre ha ido acompañado de un eclipse, mientras que este año los eclipses ya han pasado y la energía está cambiando gradualmente.
Sagitario es el último signo del elemento Fuego, pero su fuego no es el fuego impetuoso de Aries, ni siquiera el fuego radiante de Leo, sino un fuego más espiritual, que conduce a la iluminación. De hecho, Sagitario es el signo que nos lleva al lado espiritual de la vida; nos exhorta a ser honestos y veraces sobre nuestro propósito en la vida, y nos desafía a actuar en consecuencia.
Con Escorpio nos sumergimos en las profundidades de nuestro yo más prístino para contemplar nuestra verdad desnuda y despojarnos de nuestras falsas máscaras, y ahora la flecha de Sagitario nos insta de nuevo a continuar nuestro viaje. Es el signo que nos pide que trabajemos la maestría que aprendimos con los signos anteriores y las diversas muertes que experimentamos en Escorpio; de hecho, el lema clave de Escorpio es «yo renazco», mientras que el de Sagitario es «yo comprendo». Así que nos invita a hacer un trabajo de introspección, tratando de aportar claridad a todo lo que hasta ahora no hemos entendido del todo y de comprender cuáles son nuestros verdaderos deseos.
Porque la maestría de Sagitario no viene de fuera, sino que surge de nuestra propia profundidad y experiencias, y sólo podemos conectar con esta maestría interior y comprender el sentido de la espiritualidad si hay presencia. De hecho, estar presente en uno mismo es la única manera de poder cultivar una conciencia real.
El regente de esta luna nueva es Júpiter, el planeta de la expansión y el crecimiento, de la esperanza y el optimismo, del desarrollo y la abundancia. Es el planeta que ha desempeñado un papel destacado en las creencias religiosas de muchas culturas, como la babilónica, la griega y la romana, que identificaban a Júpiter como el soberano de los dioses. Así que, en cierto modo, podríamos considerar a Júpiter nuestro guía espiritual: de él dependen el procesamiento del habla y el lenguaje, la búsqueda del sentido y el propósito de la vida, la aspiración al crecimiento individual y al desarrollo.
Curiosamente, sólo unos minutos después del novilunio, Júpiter, que se encuentra en los últimos grados de Piscis, saldrá de su movimiento retrógrado para retomar su camino y volver a entrar en el signo de Aries antes del solsticio. El signo de Piscis es el último del zodiaco, nos enseña la compasión y la fe; no conoce límites, por lo que nos recuerda que nada está separado y que lo invisible es visible, sacándonos de la ilusión de la separación y devolviéndonos a la unidad.
Con la salida definitiva de Júpiter del signo de Piscis, finalizará un ciclo de doce años. Y justo en estos últimos días, Vesta, que está en cuadratura con el Sol y la Luna, ha entrado en el signo de Piscis, donde permanecerá hasta el próximo febrero, cerrando también un ciclo, ya que Piscis representa el cierre de una etapa para abrirse a un nuevo comienzo.
Vesta es la que nos conecta con nuestro fuego interior, la que lo mantiene encendido para que nuestros deseos y ambiciones no se destruyan; es el fuego interior que nunca se apaga, es la llama de nuestra Alma en comunión con el Espíritu y nos lleva a buscar nuestra verdad, pero también representa la dedicación y el servicio.
¿Cuál es nuestro servicio al mundo?
¿Cómo ha sido y cómo sentimos que lo expresamos ahora?
¿Cuándo la dedicación a los demás se ha convertido en una carga, un deber, un sacrificio?
¿Dónde creemos que nuestra entrega a los demás puede mejorar?
¿En qué manera?
Como decía al principio, la energía está cambiando, es el momento de abrirse a la esperanza: la palabra «esperanza» viene del latín «spes», que a su vez proviene de la raíz sánscrita «spa», que significa «tender hacia una meta», al igual que Sagitario. Así que aprovechemos esta energía de movimiento que nos trae la luna nueva, pero también el Sol, que permanecerá en Sagitario durante unas semanas, enseñándonos a ser flexibles y a estar preparados para el cambio, con el corazón lleno de nuevas esperanzas.
¿Qué aceites esenciales pueden ayudarnos en esta época? Por ejemplo, el Incienso, que ayuda al alma en su evolución espiritual. O la Mirra, que ayuda a equilibrar el mundo espiritual con el material, formando un puente entre el Cielo y la Tierra. O la Pimienta Negra, que reaviva el fuego del alma y da la fuerza para superar los retos y problemas, además de invitarnos a vivir con integridad hacia nuestro YO. O la sinergia Abundance, que nos ayuda a entrar en una frecuencia energética magnética, abriéndonos a infinitas posibilidades. O la sinergia Live Your Passion, que fue creada precisamente para apoyar a las personas a alcanzar sus objetivos y sueños, viviendo una vida llena de significado, propósito y pasión. (Si necesitas consejo sobre qué aceites esenciales son los adecuados para ti, o si quieres comprarlos pero no sabes por dónde empezar para elegir los de mejor calidad, puedes ponerte en contacto conmigo.)
Feliz luna nueva, Francesca Zangrandi