Mañana por la mañana empezará un nuevo ciclo lunar bajo el signo de Piscis, el último del zodíaco, el que se encuentra en el hueco entre el invierno y la primavera, entre los últimos soplos helados y los primeros rayos cálidos del sol, y que por tanto representa tanto el principio como el fin, la realidad y la visión, el espíritu y la materia. El Sol y la Luna estarán en el primer grado del signo, en conjunción con Saturno en Acuario, a punto de pasar al signo de Piscis, anunciando ya que nos acercamos a un nuevo ciclo de tres años en el que todo lo que no tiene forma (Piscis) tomará forma (Saturno).
Piscis nos habla de un renacimiento, pero tras el cierre de algo, así que en cierto sentido algo muere para dejar paso a algo nuevo. Y Piscis también puede ser muy caótico, sin límites, por lo que es probable que nos sintamos confusos, inseguros, como si no supiéramos realmente lo que está pasando y con la sensación de que no tenemos nada a lo que agarrarnos en estas aguas agitadas y profundas. El signo de Piscis nos sumerge en el inconsciente y nos conecta con nuestra alma; nos impulsa a abrirnos a la imaginación, a los sueños, a la intuición, a la divinidad, al infinito, a las emociones. Y escuchar y sentir nos permite aprender a confiar en nuestra voz interior. No es casualidad que la Madre Clan de este ciclo lunar sea Evalúa la Verdad, la guardiana de la justicia, la que nos enseña la ley divina y cómo aceptar la verdad: si nos miramos a nosotros mismos con desapego, aceptando lo que vemos, la verdad de nuestros puntos fuertes y débiles destruirá las ilusiones que limitan nuestro potencial.
Así pues, esta luna nueva está dispuesta a guiarnos hacia el interior, hacia nuestras profundidades, en busca de nuestro potencial, pero también de nuestra conexión con lo divino. De hecho, el signo de Piscis representa nuestra vocación personal hacia lo divino: hemos aprendido todos los matices de la individualidad, atravesado todas las etapas de la experiencia, y ahora estamos listos para volver a nuestra dimensión más espiritual, pasando del “yo soy” al “nosotros somos”, disolviéndonos en el universo entero, donde todo es uno. Esta luna nos devuelve a nuestros orígenes, a lo que realmente somos en nuestro interior; el agua revela en nosotros todo el mundo de percepciones y nos pide que tengamos fe. La palabra “fe” viene del griego “pìstis” y se refiere al que confía, al que se fía, al que confía, por lo que podríamos decir que esta lunación nos pide que nos entreguemos con confianza a nuestro sentir y que fluyamos en el movimiento ondulatorio de la vida.
Júpiter, el regente tradicional de Piscis, está en el signo de Aries, acercándose cada vez más a Quirón, el sanador herido, dándonos así la oportunidad de sanar las heridas que nos impiden alcanzar nuestro poder. Neptuno, el otro regente de Piscis, ha estado en este mismo signo desde 2012, y en los últimos años nuestra sensación de conexión con “algo más grande” ha crecido cada vez más. Neptuno es el planeta del amor incondicional, nos recuerda que no hay fronteras, todo es uno, y nos enseña que para avanzar debemos soltar el control y fluir con la corriente, con la vida. Y ahora está en conjunción con Venus, el planeta del amor físico, así que juntos nos invitan a volver a centrar nuestra atención en el corazón.
El chakra del corazón se encuentra justo en el centro del sistema de los siete chakras principales, une las fuerzas de arriba y de abajo, de dentro y de fuera; aquí se encuentran lo material y lo espiritual, y es la puerta de entrada al alma, donde se origina todo amor. Así que conectemos con nuestro corazón, expandámoslo y permitamos que el amor fluya de nosotros al todo y del todo a nosotros, reconectándonos con nuestra verdadera esencia, que es el amor mismo. Pero aunque esta conjunción es increíblemente creativa y romántica, también desafía la lógica y la racionalidad que trae Saturno en conjunción con los luminares, por lo que podemos encontrarnos en un equilibrio entre ilusión y realidad, euforia y severidad, exageración y sobriedad. Porque esta conjunción con Saturno nos habla de solidez, de responsabilidad, de metódica para crear algo sólido y permanente en nuestras vidas, pero que también sea sostenible en el tiempo; y al producirse entre Acuario y Piscis, también nos dice que tiene que ver con la conciencia personal en lo colectivo, es decir, nos habla de conciencia del entorno, de nuestros semejantes, de bienestar social y colectivo.
¿En qué Casa de nuestra carta natal se produce esta luna nueva? Porque esa será la zona donde se producirá un cierre, donde habrá una transformación para dar paso a algo nuevo. (Si no lo sabes o te apetece trabajar con tu carta natal utilizándola como herramienta de crecimiento personal, ¡estaré encantada de acompañarte!)
Y al mismo tiempo, con el Sol en Piscis, se cierra un año astrológico, y con el próximo equinoccio de primavera, cuando el Sol entre en el signo de Aries, comenzará uno nuevo. Este signo nos habla de liminalidad, de espacio indefinido; y precisamente porque Neptuno es lo indefinido y Júpiter se expande hasta el infinito, el signo de Piscis no conoce límites y corre el riesgo de perderse en el todo, en el caos primordial de la creatividad sin poder canalizarla y concretarla.
Por eso, en las próximas semanas, los aceites esenciales que enraízan pueden ayudarnos, como el Incienso, la Copaiba, el Ciprés, el Cedro, el Vetiver… o la sinergia Grounding. Y como Piscis está relacionado con los pies, podemos aplicar unas gotas de aceite esencial diluidas en aceite vegetal en las plantas de los pies. Si, por el contrario, estamos demasiado anclados y la energía de Piscis es buena para expandir el corazón y abrirse a lo divino, podemos utilizar aceites esenciales como el de Rosa, Rosa de Sarón (Cistus) o la sinergia One Heart, aplicándolos en el chakra del corazón, en las muñecas y en las palmas de las manos. (Si necesitas consejo sobre qué aceites esenciales son los mejores para ti o si quieres comprarlos pero no sabes por dónde empezar para elegir los de mejor calidad, ¡puedes ponerte en contacto conmigo!)
Feliz luna nueva, Francesca Zangrandi
PD. El año pasado me he centrado mucho en las propuestas que ofrezco en italiano, mi idioma, pero este año también empezaré a organizar más cosas en español, así que si quieres estar al día de todo, te invito a suscribirte al boletín.
