Mañana por la mañana se perfeccionará el primer cuarto lunar, que se produce cuando la Luna forma una cuadratura con el Sol. La Luna está en Géminis, signo de Aire, y el Sol en Piscis, signo de Agua: mente y corazón frente a frente, pensamientos y emociones buscando el diálogo.
La Luna en Géminis nos habla de comunicación y nos conecta con el poder de la palabra, ayudándonos a expresar quiénes somos y qué queremos. También se acerca cada vez más a Marte: la Luna en Géminis estimula nuestra curiosidad y el deseo de compartir e interactuar, pero al unirse con Marte también enciende nuestra ambición y nos recuerda que es necesario actuar.
El Sol en Piscis, en cambio, nos habla de amor incondicional, de expansión total, de conexión con el todo, de canalización creativa y nuevo renacimiento. Y el Sol se aleja cada vez más de Saturno, que está en el último grado de Acuario, mientras que se aproxima a Medusa.
En el mito, Medusa era una de las Gorgonas, y su cabeza con cabellos de serpientes era capaz de petrificar a cualquiera que la mirara; pero Medusa no era inicialmente así, de hecho tenía muchos pretendientes, pero fue violada por Poseidón (Neptuno) en el templo de Atenea, y ésta se enfureció tanto que convirtió el pelo de Medusa en serpientes y convirtió su rostro en algo tan aterrador que petrificaba a cualquiera que la mirara. En astrología, Medusa representa el punto de la vida en el que se pagan las decisiones equivocadas y en el que podemos seguir cometiendo el mismo error si no aprendemos la lección. Pero al mismo tiempo nos impulsa a ir por la vida en busca de la verdad. Y siendo el signo de Piscis el que cierra el zodíaco, es como si de alguna manera nos invitara a abrirnos a una nueva versión de nosotros mismos, cerrando con algo para dejar espacio a algo nuevo. Y Piscis es la casa de Neptuno (Poseidón): ¡quizás nos invita a ir más allá de esa ira destructiva, que no sólo petrifica a los demás, sino también nuestro propio corazón! Tal vez quiera recordarnos que es en el corazón donde está contenida nuestra verdad, y que si el corazón está rígido y cerrado, no podemos acceder a ella y expresarla.
Que sea una semana de expansión del corazón, no sólo para amar a los demás, sino especialmente a nosotros mismos; que Venus en Aries también nos está recordando que la relación más importante es con nosotros mismos.
¿Qué relación queremos cultivar con nosotros mismos?
¿Cómo queremos comprometernos con nosotros mismos?
Porque sólo cuando estamos conectados con los deseos profundos que anhela nuestro corazón, nuestra acción puede ser centrada y eficaz. Francesca Zangrandi
