El período de invierno que va desde los festivales del solsticio hasta el equinoccio de primavera, está marcado por festivales y ceremonias diferentes.
El 1 de febrero, los celtas celebraban Imbolc. La etimología de la palabra es controvertida: “gran lluvia”, que puede referirse a los cambios climáticos de la temporada, pero también a la idea de una purificación de las impurezas del invierno, o “en la bolsa”, entendida como “en el vientre”, con una referencia simbólica al despertar de la naturaleza en el vientre de la madre tierra. Es el festival del fuego, entendido bajo su aspecto de la luz, y se honra a Brigit.
En la antigua Roma, los primeros días de febrero se celebraba el regreso de la diosa Februa, fértil y viva; ella triunfa sobre el Dios de la muerte que ha purificado todo con el frío del invierno. Y de la purificación viene el primer verde, que viene a dar nueva vida a la tierra: los primeros brotes aparecen y se perciben los primeros síntomas de un nuevo nacimiento.
“Febrarius”, “februare” y “februa” son términos muy antiguos en el idioma latino que significan purificar, expiar, purificación, conectando así el mes de febrero con los ritos purificadores y la purificación.
El 2 de febrero, los cristianos celebran la Candelaria: se celebra la Presentación de Jesús en el Templo, y durante la celebración se bendicen y distribuyen velas a los fieles, símbolo del Cristo iluminador, pero también está el aspecto de la Purificación de la Santísima Virgen, es decir, la purificación de la madre.
Tradicionalmente, es el día en que se retiran el belén y los adornos navideños, y antiguamente esta fiesta se celebraba el 14 de febrero, cuarenta días después de Epifanía (al mismo tiempo que los Lupercales, la fiesta romana de la purificación, cuya abolición consiguió el papa Gelasio I).
Pero la Candelaria es también un símbolo del nuevo fuego vital que reaparece en la naturaleza por gracia divina, preparándose para la primavera; y de hecho los proverbios se refieren a la Candelaria como un día mágico a partir del cual se pueden hacer predicciones. Por ejemplo:
“Per la Santa Candelora
se nevica o se plora
dell’inverno siamo fora;
ma se è sole o solicello
siamo sempre a mezzo inverno.”
(Si a la Candelaria nieva o llueve el invierno ha terminado; pero si hace sol, todavía estamos en pleno invierno.)
O de nuevo:
“Della cera la giornata
ti dimostra la vernata,
se vedrai pioggia minuta
la vernata fia compiuta,
ma se vedi sole chiaro
marzo fia come gennaio.”
(En el día de las velas, si llueve un poco, el invierno habrá terminado, al contrario un sol claro en este día, anunciará un marzo frío como enero.)
Todos los seres vivos siguen el ritmo de las estaciones, y este es el período en el que las impurezas del invierno se sacuden para prepararse para el despertar de la primavera. El campo vuelve a nacer verde, la vida de los animales se reanuda, los insectos recuperan su reino, el derretimiento del hielo permite que el agua vuelva a fluir, el día se extiende y roba horas por la noche… ¡tan buena purificación para todos! Francesca Zangrandi
