Llegamos a la trigésima quinta cita de la columna «Los lunes para las mujeres», que sale cada primer lunes de mes.
En los últimos meses hemos hablado de la dismenorrea, es decir, de la menstruación dolorosa, y de lo que la medicina china sugiere para aliviar el dolor en función de la causa. Y hoy me gustaría profundizar en esto considerando el automasaje.
Como ya he mencionado en otras ocasiones, fui a China en 2007 para practicar Tuina en hospitales y experimentarlo directamente sobre el terreno, con la posibilidad de recibir consejos directamente de los médicos que lo practican a diario en una gran variedad de casos problemáticos.
Y cuando estuve en el Second Provincial Hospital of TCM, Jiangsu Province – Nanjing, me puse en sintonía con el Dr. Wang Jian Min: era un hospital pequeño, venían menos pacientes y de vez en cuando había algo de tiempo libre, incluso unos minutos (cosa que nunca ocurría en los hospitales más grandes, dada la cantidad de pacientes que llegaban cada día); así que tenía la oportunidad de pedirle al Dr. Wang información o consejo. Le conté que estaba preparando mi tesis final en la escuela de Tuina y que estaba tratando a una chica que sufría dismenorrea, y al día siguiente llegó al hospital con un viejo y desgastado cuaderno escrito a mano: era su cuaderno de cuando estaba en la universidad, y en los descansos sacaba su cuaderno y me explicaba todo lo que sabía sobre el dolor menstrual.
Más allá del entramado energético y de los consejos para los distintos tipos de dismenorrea, de los que ya hemos hablado, lo que me contó fue que en China no sólo tratan con tratamientos Tuina porque es un proceso largo en el que hay que ser constante, sino también con el apoyo de la fitoterapia china y sobre todo con automasajes.
Así pues, a las mujeres que sufren dolores menstruales se les enseña una secuencia corta pero muy eficaz de maniobras y puntos, que debe practicarse diariamente durante al menos veinte días, pero sería bueno convertirla en un hábito que se mantenga en el tiempo.
El automasaje dura alrededor de un cuarto de hora; quizá las primeras veces necesites un poco más de tiempo para entender bien los puntos a masajear, pero no te llevará más de veinte minutos.
En primer lugar, te invito a considerar este masaje como un pequeño ritual, un espacio-tiempo que te tomas para ti, por lo que te aconsejo que empieces por ralentizar el ritmo, preparando el espacio en el que lo vas a realizar. Por ejemplo, encender luces tenues, calentar la habitación si hace frío, poner música relajante de fondo si lo deseas y, posiblemente, encender el difusor con un aceite esencial o una mezcla de aceites esenciales que te ayude a relajarte y a conectar contigo misma.
Cuando el espacio esté listo, puedes tomarte unos minutos para respirar y centrarte (puedes encontrar varias sugerencias en mi canal de YouTube), y cuando estés lista puedes empezar con el automasaje.
Se empieza masajeando durante un minuto algunos puntos de acupuntura, que ahora veremos, pero antes hay que saber que en la medicina china los puntos se localizan utilizando una unidad de medida especial llamada “cun”, que significa “pulgar”, pero que generalmente traducimos como “distancia”. El cun se basa en las proporciones de la persona a la que se le va a realizar el tratamiento, por lo que en este caso la medida será el ancho de tu propio pulgar a nivel de la articulación interfalángica.
El primer punto a masajear se encuentra en el meridiano del Bazo, precisamente el décimo punto, SP10 Xuehai, que está dos cun por encima del borde superior de la rótula, y que se encuentra fácilmente colocando la mano anteriormente, manteniendo la rodilla flexionada; de hecho, donde se apoya el pulgar, allí se encuentra el punto. Masajea en el sentido de las agujas del reloj durante un minuto aproximadamente; si puedes, masajea ambos puntos al mismo tiempo, si no, masajea primero el punto de un lado y luego el del otro.
El segundo punto, que se debe masajear durante aproximadamente un minuto, siempre en el sentido de las agujas del reloj, también se encuentra en el meridiano del Bazo, y es el sexto punto, SP6 Sanyinjiao, que está situado tres cun por encima del vértice del maléolo interno, detrás del borde posterior de la tibia. Debe ser masajeado bilateralmente, no importa si simultáneamente o primero uno y luego el otro.
El tercer punto, que se debe masajear durante un minuto aproximadamente pero en sentido contrario a las agujas del reloj, se encuentra en el meridiano del Hígado y es el tercer punto, LV3 Taichong, que está en el dorso del pie, en la depresión distal a la articulación entre el primer y el segundo metatarsiano. Debe ser masajeado bilateralmente, no importa si simultáneamente o primero uno y luego el otro.
En este punto debes tumbarte de espaldas, manteniendo las rodillas dobladas; lo mejor es que coloques una almohada bajo las rodillas o una manta enrollada, para que puedas relajar las piernas y, en consecuencia, relajar el abdomen y la zona lumbar.
Ahora el protocolo consiste en masajear el abdomen durante unos ocho minutos. Empezarás masajeando superficialmente, pero poco a poco tendrás que ir profundizando, obviamente respetándote; así que si hay dolor en algunas zonas puedes aligerar la presión, pero la idea es masajear de todas formas, tanto para relajar como para mover (si has leído el artículo donde expliqué qué es la dismenorrea, recordarás que hay dolor porque hay una obstrucción). Y la respiración también puede ayudarte a sentir menos molestias y a relajarte, así que mientras te masajeas el abdomen respira lenta y profundamente, intentando soltar la tensión.
A continuación, se concluye con un enérgico grapado en las caderas y la zona lumbar y otro más ligeros en la cara interna del muslo. Con las manos se forma una especie de pinza oponiendo el pulgar a los cuatro dedos, se coge el tejido y se tira ligeramente hacia fuera, hasta que se suelta; en la zona de la cadera se puede alternar la posición de los dedos (primero el pulgar en las lumbares y los cuatro dedos en el abdomen, luego al revés), para estimular tanto la parte delantera como la trasera.
Este es el automasaje que me enseñó el Dr. Wang Jian Min, y que yo a su vez he enseñado a muchas mujeres que han acudido a mí por dolores menstruales, además de enseñarlo a los alumnos y alumnas que han asistido a mis clases en la escuela de Tuina donde enseño desde hace doce años. Y debo decir que la diferencia se ha visto en las mujeres que han tenido la paciencia y la perseverancia de practicarlo a diario.
Pero si lo deseas, también puedes añadir el uso de aceites esenciales al masaje en el abdomen para potenciar el efecto. Hay varios aceites esenciales que tienen propiedades analgésicas, antiespasmódicas, descontracturantes, relajantes de los músculos o antiinflamatorias, pero lo principal es utilizar aceites de la máxima calidad, que sean de grado terapéutico, es decir, 100% puros, naturales e integros, ya que entrarán en contacto con nuestra piel, aunque estén diluidos en aceite portador.
Algunos aceites esenciales que pueden ayudarnos son, por ejemplo, la Lavanda, el Jazmín, la Melisa, la Albahaca y la Salvia española; en algunos casos también podemos utilizar la Canela o el Estragón. Quizás en otra ocasión hablemos de esto con más detalle, pero mientras tanto si necesitas saber más puedes ponerte en contacto conmigo y veremos cuál es el más adecuado para ti.
Ahava, Francesca Zangrandi
PS. La próxima cita de esta columna será el primer lunes de diciembre, pero si mientras tanto quieres estar al día de los distintos artículos que publico en el blog, puedes suscribirte a la newsletter, darle a me gusta a mi página de Facebook, seguirme en Instagram y/o suscribirte a mi canal de YouTube. Y si crees que este artículo pueda interesar a alguien que conoces, puedes compartirlo. Muchas gracias!
