Mañana comienza agosto, un mes muy especial: representa el número ocho, simbolizado por el infinito y vinculado a la fertilidad y la prosperidad. No es casualidad, de hecho, que el primero de agosto todas las culturas celebren a la Madre Tierra, agradeciéndole todos los dones que nos ha dado y nos da: por ejemplo, en Latinoamérica celebran la Pachamama, para los celtas era Lughnasadh, en la Rueda del Año celebramos Lammas… Básicamente, celebramos la entrada en la estación de la cosecha, que por un lado nos habla de abundancia y por otro de recogimiento interior para prepararnos a dar la bienvenida al otoño y a la oscuridad.
El número ocho también simboliza la muerte en términos de transición y paso, y de hecho Lammas también nos recuerda el ciclo vida-muerte-renacimiento, enseñándonos que todo se transforma, que no debemos tener miedo de perder algo, de dejar ir, porque en realidad es sólo una evolución de nuestro ciclo vital (puedes leer el artículo sobre Lammas aquí).
El número ocho también representa el viaje interminable del alma, recordándonos que somos mucho más que nuestros cuerpos, que la muerte es en realidad sólo una transición y que nuestra alma seguirá viviendo después (como lo hizo incluso antes de encarnar en esta vida y este cuerpo), por lo que es importante reconocer cuál es nuestro contrato del alma y llevar nuestra verdadera esencia a todo lo que somos y hacemos.
Por cierto, estamos en el portal “Lions Gateway”, la Puerta del León, una alineación cósmica que se produce cada año, que culmina el 8 de agosto y termina el 12 de agosto. Sirio se acerca a la Tierra alineándose con el Cinturón de Orión y las Pirámides de Giza, abriendo un portal cósmico entre los reinos físico y espiritual, permitiéndonos recibir una intensa energía en nuestros corazones que nos ayuda a derretir toda resistencia y todas las estructuras que nos han protegido en el pasado, para que finalmente podamos manifestar nuestro verdadero yo.
Y este año agosto también comienza con una luna llena, pero no será la última. De hecho, terminará con otra luna llena, por lo que habrá mucho movimiento y cambio en las próximas semanas.
Y la luna llena de mañana, en Acuario, da el pistoletazo de salida: este signo representa la necesidad de cambio frente al conservadurismo de Capricornio, siente un nuevo impulso en su interior, por lo que indica una tendencia a la innovación y a una nueva visión de las cosas; es inconformista, independiente, se sale de lo establecido, no puede quedarse en los caminos trillados, siente la necesidad de distinguirse, de revolucionar las cosas y las ideas, por lo que a veces nos encontramos con un montón de ideas locas en la cabeza y una impaciencia por ponerlas en marcha. Es inventivo, rápido de ejecución, capaz de dialogar con los demás, pero también tiene un miedo secreto a perder su individualidad: ¡no es casualidad que su polaridad sea el signo de Leo!
Leo y Acuario son dos polaridades complementarias, y si has trabajado conmigo antes, sabes que insisto mucho en la integración de las polaridades, porque es en lo opuesto donde reside la medicina. En este caso, el eje Leo-Acuario confronta la individualidad con lo colectivo, es decir, nos recuerda que sí todos somos iguales (Acuario) pero que nadie es igual a otro (Leo), por lo que nos empuja a expresar nuestra identidad y singularidad frente a los demás. Así que en estas semanas del Sol en Leo, se nos pide que contactemos con nuestro corazón (Leo) y dialoguemos con él para comprender sus deseos, sentir lo que anhela nuestra alma y reconocer nuestros dones y talentos que podemos poner al servicio de los demás.
La Luna estará en el perigeo, es decir, en el punto más cercano a la Tierra, por lo que nos mostrará claramente lo que necesitamos ver y ya no podremos fingir que no lo hemos visto.
Y los dos luminares estarán en cuadratura con Júpiter en Tauro, formando una T cuadrada: Júpiter es el planeta de la expansión y la abundancia, nos anima a alcanzar nuestros mayores sueños y a honrar lo que somos en esta vida viviendo plenamente nuestra verdad; y en este diálogo con el Sol y la Luna, nos recordará que la expansión llega cuando estamos preparados para adaptarnos a las diferentes situaciones.
De hecho, nos mostrará dónde y por qué no alcanzamos nuestro potencial, iluminando nuestras vulnerabilidades y mostrándonos dónde podemos tener miedo de dar un paso hacia la versión más expandida de nosotros mismos, ocultando nuestros talentos y verdades.
¿Ocupar un espacio nos hace sentir vulnerables?
¿Nos asusta la expansión?
En las cuadraturas en T la salida es hacia el signo opuesto al planeta que está en el ápex de la cuadratura, en este caso Júpiter. Por lo tanto, si queremos salir de esta, debemos ir hacia Escorpio, el signo por excelencia de la transformación.
El signo de Acuario, en el que se produce la Luna llena, también nos invita a salir del molde. Y Plutón en cuadratura con los nodos lunares también nos recuerda que es necesario soltar el pasado y abrirse a algo nuevo, a nuevas perspectivas, nuevos pensamientos, nuevas creencias, nuevos proyectos, dejando de lado miedos, programas, patrones, recuerdos que no alimentan sino que bloquean y no nos permiten expresar nuestra verdad.
Sí, el cambio puede ser incómodo, pero no sólo es la única certeza que tenemos, también es lo único que nos permite crecer y evolucionar, y ahora mismo es realmente necesario, como nos recuerda esta luna llena, como si nos estuviera preparando para las cuestiones que tendremos que afrontar en 2024.
Feliz luna llena, Francesca Zangrandi
