Esta noche nos acompañará la última luna llena del año; esta luna llena que cierra el 2020 será en el signo de Cáncer, como la primera luna llena que comenzó este extraño y desafiante año.
En el artículo sobre la luna llena de principios de año escribí: «… el eje Cáncer-Capricornio (el Sol está en el signo de Capricornio) nos hace tocar nuestra relación con mamá y papá, nuestro nacimiento y renacimiento, nuestros recuerdos y todo lo relacionado con la intimidad: el signo de Cáncer representa la madre, las emociones, la infancia, mientras que Capricornio representa al padre, la estructura, el propósito. Entonces, esta luna, combinada con el eclipse, nos empuja fuertemente a trabajar en nuestro renacimiento como individuos: de hecho, nos empuja a realinearnos con nuestro contrato del alma, y nos pide que encontremos un hogar dentro de nosotros mismos y que encontremos raíces dentro de nosotros para construir allí las bases de nuestro futuro.
Y esta luna, siendo la primera del año, marca en cierto sentido la tendencia energética de 2020, por lo que nos dice que este año será un año de grandes cambios, finales y nuevos comienzos: de hecho, este año terminarán tres ciclos, el ciclo de Júpiter-Saturno, el ciclo de Júpiter-Plutón y el ciclo de Saturno-Plutón; y luego estamos experimentando una gran concentración de planetas en Capricornio que nos pide que cerremos con todo lo que nos da seguridad y que salgamos de la zona de confort. Capricornio nos pide que regresemos a lo esencial, que abandonemos lo superfluo y todo lo que nos está pesando de alguna manera; y como la luna en Cáncer es opuesta a muchos planetas en Capricornio, es como si nos pidiera que dejáramos todo lo que nos está pesando emocionalmente, para que podamos continuar nuestro viaje ligeros.»
Pues bien, yo diría que la esencia de lo que se escribí entonces también es válida en este momento, pero con algo más: esta luna llena se produce en el momento más oscuro del año, cuando sí la luz ha vuelto, pero es recién nacida, por lo tanto todavía débil; y es como si quisiera destacar todo el trabajo realizado este año, todos los procesos de cierre que hemos experimentado, dándonos así la posibilidad de ver la totalidad y darnos cuenta si algo ha quedado sin terminar, para remediarlo antes de seguir adelante.
Además, recordémonos que la luna llena es la culminación de algo que plantamos seis meses antes, cuando la luna era nueva en el mismo signo zodiacal. Y hace seis meses, la luna nueva del solsticio de verano fue acompañada por un eclipse de sol que nos dio la oportunidad de llamar la atención sobre el concepto de hogar y familia.
Este plenilunio cierra el proceso que comenzó con el eclipse de junio, pidiéndonos que nos cuidemos a nosotros mismos, nuestras emociones y nuestra alma. Pidiéndonos que encontremos dentro de nosotros mismos a la madre y al padre: que seamos la madre de nosotros mismos, aprendiendo a cuidarnos, y el padre de nosotros mismos, aprendiendo a evaluar por nosotros mismos lo que debemos o no debemos hacer en las diferentes situaciones que nos encontramos.
Pero Cáncer también representa el hogar. ¿Cuál es nuestro hogar? ¿Dónde está nuestra casa? ¿Cómo se manifiesta? ¿Cuáles son sus cualidades? Este es el momento de definir en detalle nuestro concepto de hogar, tanto interno (dentro de nosotros) como externo (el hogar físico).
Tal vez nunca, antes de este año, hayamos pasado tanto tiempo dentro de casa: ¿cómo hemos estado? ¿Es un lugar que nos hace sentir seguros? ¿Qué nos ha mostrado? Llegará un momento de otros cambios, muy rápidos. Pero ahora tomemos un momento para observar dónde estamos, donde nos podemos haber encontrado por el confinamiento; integremos y sanemos lo que necesita ser integrado y sanado. Si es un lugar al que hemos regresado después de mucho tiempo, quizás necesitemos hacer las paces con él y con lo que representa. Si, por el contrario, es un lugar nuevo, donde nunca hemos estado, no lo comparemos con el anterior.
Acojamos sin juicio; busquemos entre líneas el mensaje que este 2020 nos trajo con respecto a cuidar de nosotros, de nuestro hogar, de nuestros seres queridos, de nuestras raíces.
Feliz luna llena, Francesca Zangrandi
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