Mañana será luna llena, la primera luna llena del año y, además, acompañada de un eclipse lunar en Cáncer.
Cáncer es un signo cardinal de agua, regido por la luna; los días en que la luna está en Cáncer pertenecen al elemento agua y las emociones y los sentimientos adquieren más fuerza, predominando sobre la racionalidad, por lo que nos vemos obligados a expresar nuestros lados más sensibles y románticos, y a ser más introspectivos. Cáncer es el signo por excelencia de lo femenino y nos ayuda a volver a la Madre, es decir, a ser nuestra madre y cuidarnos. Cáncer nos prepara para el amor, enseñándonos a amarnos a nosotros mismos y a los demás incondicionalmente.
Y el eje Cáncer-Capricornio (el Sol está en el signo de Capricornio) nos hace tocar nuestra relación con mamá y papá, nuestro nacimiento y renacimiento, nuestros recuerdos y todo lo relacionado con la intimidad: el signo de Cáncer representa la madre, las emociones, la infancia, mientras que Capricornio representa al padre, la estructura, el propósito.
Entonces, esta luna, combinada con el eclipse, nos empuja fuertemente a trabajar en nuestro renacimiento como individuos: de hecho, nos empuja a realinearnos con nuestro contrato del alma, y nos pide que encontremos un hogar dentro de nosotros mismos y que encontremos raíces dentro de nosotros para construir allí las bases de nuestro futuro.
Y esta luna, siendo la primera del año, marca en cierto sentido la tendencia energética de 2020, por lo que nos dice que este año será un año de grandes cambios, finales y nuevos comienzos: de hecho, este año terminarán tres ciclos, el ciclo de Júpiter-Saturno, el ciclo de Júpiter-Plutón y el ciclo de Saturno-Plutón; y luego estamos experimentando una gran concentración de planetas en Capricornio que nos pide que cerremos con todo lo que nos da seguridad y que salgamos de la zona de confort.
Capricornio nos pide que regresemos a lo esencial, que abandonemos lo superfluo y todo lo que nos está pesando de alguna manera; y como la luna en Cáncer es opuesta a muchos planetas en Capricornio, es como si nos pidiera que dejáramos todo lo que nos está pesando emocionalmente, para que podamos continuar nuestro viaje ligeros.
Luego, Urano, además de estar conjunto a Saturno y Plutón, está a punto de volverse directo, amplificando su energía para desencadenar las estructuras: Urano es el planeta de las sorpresas, de los eventos inesperados, por lo tanto, veremos grandes cambios, tanto financieramente (Tauro es el signo de las finanzas) que a nivel de la naturaleza y el medio ambiente (Tauro es un signo de Tierra).
Y para terminar el 12 de enero habrá la gran conjunción de Saturno y Plutón en Capricornio: Saturno es Cronos, el señor del tiempo, por lo tanto, define la calidad del tiempo, y Plutón es la vida más allá de la muerte, por lo tanto, esta conjunción nos dice que hay una calidad de tiempo que va a morir y una nueva que va a nacer, y comenzará un ciclo transformador muy importante, tanto a nivel colectivo como individual, donde vamos a deconstruir para construir algo nuevo. De hecho, Capricornio es estructura, y gradualmente todo lo que hemos considerado las estructuras principales de nuestra sociedad colapsará, tanto política, económica como socialmente, para que podamos construir una nueva matrix.
Así que ahora tenemos la oportunidad de sentar las bases de nuestro futuro, y cuanto más construyamos nuestro futuro siguiendo nuestra auténtica verdad, más estaremos bien; por lo tanto, es hora de asumir la responsabilidad de nuestras acciones y nuestros pasos, con el fin de manifestar una nueva realidad, la que queremos, sin culpar a otros, la sociedad o alguien más de lo que estamos experimentando. Y dejémonos acompañar de esta energía de Cáncer para abrir nuestro corazón con confianza.
Feliz luna llena, Francesca Zangrandi
