La luna llena de mañana cae en un período que durante milenios se ha celebrado con festivales y rituales de fertilidad. Pero la mujer como símbolo de fertilidad no termina en un ciclo eterno de reproducción, es mucho más, por lo tanto, la figura mítica que simboliza este período no es ni madre ni diosa de la fertilidad, sino Sibilla, la profetisa, la vidente, la sabia, la que ve los eventos por venir.
Y el animal de esta luna es el búho, que encarna la sabiduría, la predicción y la capacidad telepática. Además, el búho nos enseña algo sobre el cambio y nos ayuda a superar el miedo a la transformación: nos ayuda a ser conscientes del poder del cambio y nos recuerda que el proceso de transformación es más importante que el resultado.
Y esta luna llena nos habla precisamente de la transformación: será en el signo de Escorpio, que es el signo del inconsciente, del ocultismo, de todo lo que es tabú y esotérico; y en los días dominados por Escorpio, experimentamos energías muy fuertes dictadas por la capacidad de transformación continua de este signo, lo que nos ayuda a enfrentar las novedades y los cambios.
Además, el Sol está en el signo de Tauro, y este eje Tauro-Escorpio nos habla del ciclo vida-muerte-renacimiento, dándonos así la oportunidad de dejar morir aquellas partes de nosotros que ya no nos corresponden y dar paso a otras para que se expandan y se mostren. La Luna en Escorpio nos lleva a vivir experiencias profundas e intensas, y el Sol en Tauro nos pide que las vivamos en presencia total, sin escapar de ella.
Esta luna nos empuja a volver a las profundidades para ver nuestra sombra, nuestros miedos, nuestras emociones, dándonos la oportunidad de bendecir toda nuestra vida, también y sobre todo esa parte que nos asusta, sacando a la luz lo que ha permanecido oculto para mucho tiempo, para que pueda transformarse definitivamente, convirtiéndolo de límite a potencial. Por lo tanto, nos permite pasar de la oscuridad a la luz, de la muerte al renacimiento, sacando una nueva conciencia y una nueva forma de ser; nos pide que dejemos ir de una vez por todas las condiciones limitantes, los miedos, los sentimientos de culpa y el sentimiento de no merecer lo mejor, acercándonos cada vez más a nuestra verdadera esencia.
Pero en este pasaje estamos acompañados por la luz divina derramada en el mundo por los maestros iluminados: es el Wesak, la gran bendición para toda la humanidad y todo lo que vive en el planeta. Se celebra un regreso, el advenimiento de una gran luz que ayudará al crecimiento, la evolución y la liberación de los seres humanos.
Otro evento que ocurrió ayer es el cambio de signo de los nodos lunares, y cuando cambian su signo nos llevan a experimentar un nuevo crecimiento evolutivo. Ahora el Nodo Sur ha pasado del signo de Capricornio al de Sagitario, y el Nodo Norte ha pasado del signo de Cáncer al de Géminis.
El eje de los nodos lunares está conectado con el alma y su evolución: mientras que el Nodo Sur representa de dónde venimos, o sea es la memoria kármica, lo que sabemos bien y nos pertenece, el Nodo Norte representa hacia dónde vamos, o sea es la dirección que nos permitirá evolucionar gracias a sus desafíos y sus enseñanzas.
El eje Capricornio-Cáncer nos ha dado la oportunidad de encontrar a nuestra madre interna (Cáncer) a partir de una base sólida (Capricornio), y al mismo tiempo nos ha permitido dejar atrás las viejas estructuras obsoletas y abrirnos a cualidades más suaves y femeninas.
Ahora el eje Sagitario-Géminis nos dará la oportunidad de dejar de lado esas creencias que pensábamos que eran verdades absolutas y que de alguna manera nos limitan, para abrirnos a nuevas perspectivas y nuevos puntos de vista; y al mismo tiempo nos alejará de la verdad dictada por los gurús para acercarnos cada vez más a nuestro maestro interno.
Entonces aprovechamos la energía transformadora de esta luna llena para caminar hacia una nueva visión del mundo y la vida, y seguir con confianza nuestras intuiciones.
Feliz luna llena y feliz Wesak, Francesca Zangrandi
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Luna llena en Tauro 2024
Mañana por la noche la Luna alcanzará su máxima expansión en el signo de Tauro: por un lado estará el Sol en Escorpio, y por