Luna llena en Escorpio y eclipse lunar total

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Mañana por a mañana, poco después de la salida del Sol, la Luna alcanzará su máxima expansión en Escorpio, el signo del inconsciente, de lo oculto, de todo lo que es tabú y esotérico; y en los días dominados por Escorpio experimentamos energías muy fuertes dictadas por la capacidad de transformación continua de este signo, que nos ayuda a lidiar con la novedad y el cambio.

Además, la Luna se encontrará en el perigeo, el punto más cercano a la Tierra, por lo que su influencia se percibirá especialmente; también se celebrará el Wesak, y además, este plenilunio vendrá acompañado de un eclipse lunar total.

 

El tiempo de los eclipses es un espacio de gran movimiento y profundo poder, donde se crean cambios visibles, donde se manifiesta lo que requiere cambio, movimiento y acción concreta. En cierto modo, es como si nos encontráramos abandonados a nosotros mismos, sin luz exterior, y por tanto debemos confiar en nuestra propia luz, en nuestros propios recursos internos para avanzar; por eso los eclipses nos permiten dar un salto evolutivo.

En este plenilunio, la Tierra se interpondrá entre el Sol y la Luna, oscureciendo a esta última: por un lado, es como si nos dijera que no sigamos mirando hacia donde miramos, que no sigamos aferrándonos a lo que ha sido y dejemos ir lo que ya no es; por otro lado, es como si la parte emocional, inconsciente, perdiera algo de fuerza y el Sol, en cambio, se fortaleciera. El Sol representa nuestra esencia, y es vital a la hora de entender nuestro propósito en la vida; por lo tanto, es como si el yo pudiera expresarse más libremente, aunque la parte inconsciente pueda crear resistencia y por lo tanto crear sufrimiento.

 

Además, la Luna está en conjunción con el Nodo Sur y el Sol con el Nodo Norte, así como con otros planetas y asteroides (Urano, Eros y Hekate en Tauro y Mercurio en Géminis).

El eje de los nodos lunares está relacionado con el alma y su evolución: mientras que el Nodo Sur representa de dónde venimos, es decir, la memoria kármica, lo que conocemos bien y lo que nos pertenece, el Nodo Norte representa hacia dónde vamos, es decir, la dirección que nos permitirá evolucionar gracias a sus retos y enseñanzas. Así que es como si se nos pidiera que dejáramos de mirar al pasado, de quedarnos anclados en lo que ya ha sido, y que miráramos hacia delante, hacia la dirección que tenemos que tomar para ser realmente nosotros mismos y dejar que nuestra esencia se exprese.

 

Las dos luminarias también están en cuadratura con Saturno en Acuario, que está en conjunción con el asteroide Vesta.

Saturno rige el signo de Capricornio, es el planeta del karma, asociado al pasado, a la familia y a los antepasados, por lo que podemos encontrarnos trabajando en asuntos relacionados con el linaje familiar o con aspectos personales que hemos heredado, o incluso con hábitos muy arraigados en nuestra alma y en la memoria kármica; pero también es el planeta de la responsabilidad, nos habla de estructura, de conservadurismo. Y se une a Vesta, la que nos conecta con nuestro fuego interior y lo mantiene encendido para que nuestros deseos y ambiciones no se destruyan.

 

Cambiar las estructuras que de alguna manera atrapan nuestro fuego interior; soltar creencias limitantes, miedos, pensamientos, programas que nos influyen, sobre todo a nivel inconsciente, para alinearnos cada vez más con nuestra esencia.

Para salir de la T cuadrata tenemos que ir en dirección contraria, hacia Leo, un signo que nos habla de identidad y singularidad, que quiere que nos sintamos con derecho a ser nosotros mismos, a expresarnos libremente y a compartirnos con el mundo. Al contactar con nuestro niño interior y redescubrir la capacidad de disfrutar, podemos crear la vida que está completamente en línea con nuestra esencia más verdadera.

 

Habría mucho más que decir sobre este momento energético si tuviéramos en cuenta todos los planetas y todos los aspectos, pero creo que lo dicho es suficiente para darse cuenta de que es el momento de confiar en Escorpio, el signo que nos habla de muerte y renacimiento y nos invita a la transmutación. Escorpio no tiene miedo a la oscuridad, sus energías van hacia lo oscuro y lo profundo, y nos lleva a enfrentarnos a nuestras emociones más profundas (signo de Agua) y así poder cerrar con todo aquello que no ha sido completamente procesado y que de alguna manera aún influye en nuestra vida y nuestras elecciones.

¡Sólo así podremos avanzar con ligereza hacia la verdad más auténtica! Francesca Zangrandi

 

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