Mañana por la mañana se perfeccionará la última luna llena de 2024 y se dará en Géminis, el primer signo de Aire del zodíaco, vinculado por tanto a la comunicación, al poder de la palabra, a nuestro niño curioso, que cree que aún hay mucho que aprender, descubrir y explorar. No importa lo mucho que creamos saber y lo seguros que nos creamos, la energía de Géminis nos recuerda que la vida siempre nos brinda la oportunidad de maravillarnos y aprender algo nuevo.
Este signo está representado por los gemelos, un gemelo mortal y uno inmortal, y esto nos representa muy bien: somos a la vez un alma eterna y un ser físico temporal; en algún momento nuestro cuerpo dejará de existir, por lo que la identidad que hemos creado se desvanecerá, pero nuestra alma seguirá viviendo.
Esta danza entre nuestro cuerpo físico o ego y nuestro cuerpo espiritual eterno es el sentido de la vida. Por eso, aunque reconozcamos que somos un alma amorosa y eterna que vivirá para siempre, seguimos navegando por el reino físico y por todas las emociones y tensiones que conlleva. Y esta luna llena nos invita a honrar tanto el cuerpo como el alma, recordándonos que no debemos abandonar nuestras responsabilidades ni culpar a nuestro ego, sino hacer todo lo posible por equilibrar todas nuestras facetas.
Sabemos que cuando tenemos luna llena, trabajamos con polaridades, y en esta ocasión tenemos a la Luna en Géminis por un lado y al Sol en Sagitario por el otro, que está en conjunción con Marte y el asteroide Ceres.
El eje Géminis-Sagitario tiene que ver con la interacción, la comunicación, el entendimiento y la verdad, y nos da la oportunidad de soltar esas creencias que creíamos verdades absolutas y que de alguna manera nos están limitando, para abrirnos a nuevas perspectivas y nuevos puntos de vista; y al mismo tiempo nos aleja de la verdad dictada por los gurús y nos acerca cada vez más a nuestra maestría interior.
El signo de Géminis está regido por Mercurio, el planeta de la comunicación, el mensajero y la voz, pero que ahora está retrógrado (cambiará de marcha mañana por la noche, pero tardará algún tiempo en salir de la zona de sombra post retrógrada) y, por tanto, nos invita a reconsiderar las historias que nos contamos sobre quiénes somos, qué podemos y queremos hacer, hacia dónde vamos y hacia dónde queremos ir. Estas historias nos hacen sentir seguros, pero también nos limitan, cerrando nuestra mente a nuevas posibilidades y poniéndonos etiquetas que quizá ya no sean apropiadas.
Pero podemos reescribir las nuestras en cualquier momento. Todo lo que hace falta es un cambio de perspectiva para redefinir las narrativas o abandonarlas por completo. Y esta luna llena en Géminis nos invita precisamente a romper los moldes que nos limitan a una determinada historia y a la realidad resultante, recordándonos que hoy no tiene por qué ser igual que ayer, y que el mañana aún está por explorar. Y es precisamente ahí, en ese desconocido, donde residen las infinitas posibilidades.
Los dos luminares forman una cuadratura en T con Neptuno en Piscis, que está en conjunción con el Nodo Norte en Aries: parece que el Universo nos está recordando que debemos confiar realmente en nuestra intuición e instintos internos.
Neptuno es el planeta de la espiritualidad y nos invita a pensar más allá de la mente racional y con nuestros sentidos más sutiles, así que utilicemos estas energías para ir a nuestro interior y escuchar realmente la suave voz de nuestro corazón y nuestra alma, aprovechando el potencial de intuición y sanación que nos da Neptuno.
Recordemos que sí, tenemos un cuerpo físico con sus limitaciones y obligaciones, pero también somos un alma infinita e inquebrantable que lo ha visto todo, ha pasado por todo y sabe que el resultado final es siempre más amor. Así que hagamos sitio para todo lo que somos, todo lo que hemos sido y todo en lo que nos estamos convirtiendo.
Feliz luna llena, Francesca Zangrandi