Esta noche, justo un minuto antes de medianoche, comenzará un nuevo ciclo lunar en Acuario, un signo de Aire que nos invita a salir de nuestra zona de confort y a tomar una nueva dirección, proporcionándonos una nueva visión de las cosas y abriéndonos al cambio. De hecho, se representa con un hombre que lleva un ánfora (a veces dos) de la que se vierte agua en el suelo, símbolo de bendición y protección. Aún es invierno y hace frío, pero los días se alargan; la tierra está aún desnuda, pero pronto dará sus primeros signos de renacimiento; y el anuncio del renacimiento primaveral hace de Acuario un signo proyectado hacia el futuro, inclinado a crear y hacer planes.
Acuario está regido por Urano, el revolucionario, el planeta de los cambios repentinos e inesperados. De hecho, Acuario nos pide que rompamos viejos esquemas y entremos en un nuevo paradigma. Además, los dos luminares están en cuadratura con Urano en Tauro, por lo que será una lunación de grandes revoluciones y cambios, en la que tendremos la oportunidad de romper patrones.
Para algunos será el momento que han estado esperando, para otros puede haber resistencia. Puede que nos aferremos a lo que conocemos, a nuestras viejas formas de pensar, sentir y ser, porque en el fondo parecen darnos seguridad y hacernos sentir que tenemos el control. Pero inevitablemente nos daremos cuenta de que los viejos patrones ya no nos convienen, como un par de zapatos que nos aprietan: incómodos y, además, no nos permiten crecer.
El signo de Acuario y Urano nos recuerdan la impermanencia: nada dura para siempre, todo cambia y se transforma sin cesar; la evolución es la base de toda vida, y nuestro sentido de la identidad también es fluido. Lo que creíamos ser puede cambiar drásticamente cuando de repente nos damos cuenta de que hemos crecido. Pero si nos negamos a evolucionar, Urano nos recordará que la vida tiene la astucia de crear una crisis para mantenernos en el camino de la evolución. En otras palabras, si no tomamos la iniciativa de hacer estos cambios, la vida nos obligará a hacerlos.
Así que aprovechemos esta energía revolucionaria que nos trae la luna nueva, enseñándonos a ser innovadores, libres de estructuras obsoletas y buscadores de la verdad y la autenticidad.
Feliz luna nueva, Francesca Zangrandi