Ahora mismo la Luna está en el signo de Géminis, transitando su fase negra, completamente oscura, antes de «renacer» en el signo de Cáncer. De hecho, habrá una luna nueva muy temprano el miércoles por la mañana: el Sol y la Luna estarán ambos en Cáncer, en estrecha conjunción con Lilith; pero otros asteroides (Eros, Persephone y Ceres) también estarán en el signo, por lo que la energía de este signo se sentirá mucho.
Cáncer es el primer signo de Agua del zodiaco: nos aleja de la actividad mental típica de Géminis para sumergirnos en nuestras emociones más primitivas, aumentar nuestra sensibilidad y ponernos en contacto con nuestra alma, recordándonos que nuestro hogar está donde está nuestro corazón. Si analizamos el glifo de Cáncer (formado por dos paréntesis que se cierran en anillo y se oponen formando un círculo), vemos que las curvas están giradas hacia dentro y que el movimiento indica tanto el regreso a uno mismo como el paso de un estado de ánimo a otro; por tanto, sugiere el contacto con el mundo interior y representa la sensibilidad, la intuición y la emotividad. Sin embargo, también podemos ver en él la representación del infinito, que simboliza el eterno devenir de la vida, recordándonos así la fuerte conexión de Cáncer con el ciclo de la vida.
Normalmente, atribuimos este símbolo a las pinzas del cangrejo, pero la astróloga Joanne Wickenburg sugiere que en realidad representa el símbolo del útero femenino, que contiene el feto, o incluso el pecho; y de hecho, la figura simbólica y mitológica asociada al signo de Cáncer es sin duda la Diosa Madre. La Madre nos habla de la vida, de la nutrición, de la abundancia, del amor incondicional, del dar sin el propósito de recibir algo a cambio. Y no es una coincidencia que para los indios americanos, el Clan Madre de este ciclo lunar sea «Ama todas las cosas», que representa amar la verdad que reside en todas las formas de vida. La principal comprensión que nos da es que evolucionaremos pase lo que pase: la sanación y el crecimiento pueden necesitar muchos ciclos, pero «Amar todas las cosas» nos dará amor incondicional siempre que seamos capaces de romper nosotros mismos los mecanismos de esclavitud autoinducida.
Y Cáncer también nos habla de nuestro linaje, de nuestros ancestros y de nuestra familia de origen, pero la Luna está en conjunción con Lilith, por lo que en este viaje a nuestras raíces podemos enfrentarnos a la herida de lo femenino (la nuestra o la de las mujeres de nuestro linaje), la herida de la mujer que no ha sido vista y considerada, la herida vinculada a la maternidad y/o a la relación con nuestra madre. Pero en el signo complementario, Capricornio, encontramos a Plutón: el signo de Capricornio está regido por Saturno, el planeta del Karma, por lo que Plutón nos hace entrar en nuestras heridas para sanarlas directamente en la raíz; además, Capricornio nos habla de estructura, por lo que nos pide que transformemos la energía familiar y femenina tal como la conocíamos y como la hemos vivido hasta ahora, encontrando una nueva modalidad y una nueva identidad en la que nos sintamos cómodos.
Plutón está en cuadratura con Marte y Eris en Aries: los dos hermanos, el dios de la guerra y la diosa de la discordia y la lucha, están conjuntos y se apoyan mutuamente para desafiar y provocar, buscando la confrontación; pero Plutón nos dice que ya no es tiempo de resistir, de luchar, porque la transformación ya está en marcha. Así que es mejor dirigir la energía de Aries para actuar e iniciar los cambios que hay que hacer en nuestra vida. El hogar es algo que se construye continuamente, no es algo estático, y es un lugar interno; por tanto, es el momento de cuidarnos y aprender a ser independientes, responsabilizándonos de nosotros mismos.
Feliz luna nueva, Francesca Zangrandi