La semana comenzó con el paso de la Luna del signo de Géminis al de Cáncer, marcando el inicio de la fase de Luna Negra. En esta fase, la energía nos habla de cierre: la vida nos enfrenta a elecciones, sentimos la necesidad de dejar ir ciertas cosas, actitudes o personas, por lo que es importante tomarnos un tiempo para nosotros mismos, para descansar, para limpiar, para purificar, para cerrar con lo que ya no queremos en nuestra vida. Y al estar en el signo de Cáncer en este caso, nos está pidiendo de alguna manera que cerremos con lo que nos han transmitido a nivel familiar pero que ya no nos resuena. También nos invita de alguna manera a quitarnos el caparazón tras lo que nos escondemos para prepararnos para la luna nueva en Leo de mañana por la noche, en la que tendremos que asumir la responsabilidad de hacer brillar nuestro sol.
De hecho, la enseñanza de Leo nos habla de identidad y singularidad: quiere que nos sintamos con derecho a ser nosotros mismos, a expresarnos libremente y a compartirnos con el mundo. No es casualidad que represente al rey fuerte y valiente que se expresa a sí mismo y a su singularidad. Leo es el primer signo que se convierte en un verdadero co-creador de su propia existencia, por lo que es el momento de escucharnos a nosotros mismos, de comunicar con nuestro corazón y contactar con nuestro niño interior, la divinidad que somos, para experimentar la alegría y el deseo de crear. Nuestro niño interior es el creador del mundo y nos pide que redescubramos la capacidad de disfrutar, y a través de este disfrute crear nuestra vida. Pero también nos pide que cambiemos nuestra relación con nuestro poder creativo: es hora de desempolvar nuestros talentos, reconectar con nuestra alma y permitirle expresarse en toda su belleza y magnificencia, porque Leo nos enseña que todo es posible, y nos invita a no dudar nunca de nosotros mismos y de nuestros sentimientos, instándonos a escuchar a nuestro corazón y a avanzar con confianza hacia nuestros sueños y deseos.
Además, conjuntos a las dos luminarias, también encontramos dos asteroides: Ceres, que representa a la diosa itálica de la vegetación que más tarde se identificó con la diosa griega Deméter, e Isis, que representa a la gran diosa de la maternidad y la fertilidad en la mitología egipcia. Ceres nos habla de la necesidad de alimentar y proteger, pero también del duelo y de la posibilidad de destruir todo lo que se encuentra en el camino para recuperar lo que se ha perdido: ¿recuerdas que en el mito Deméter tuvo que llegar a un acuerdo con Hades para recuperar a su hija Perséfone durante medio año? E Isis nos habla de la necesidad de reunir y unificar para crear un ser completo, de volver a ensamblar las partes de las cosas separadas en un nuevo todo, de buscar la plenitud o la finalización: ¿recuerdas que en el mito Isis tuvo que rastrear la tierra en busca de las partes desmembradas del cuerpo de su marido Osiris, después de que su celoso hermano Set lo hubiera despedazado?
Mercurio también está en el signo de Leo, y está en cuadratura con Urano en Tauro, que está en conjunción con Marte y el Nodo Norte. Urano nos habla de cambios y revoluciones y el Nodo Norte indica que serán cambios que nos llevarán en la dirección correcta hacia nuestro destino y propósito en la vida, así que si ocurre algo inesperado, recordemos que podría llevarnos a algo mejor de lo que habíamos planeado. Por último, Marte nos habla del coraje y la audacia con que se persiguen los objetivos, la voluntad y la capacidad de imponerse en la vida. Y todos ellos están en el signo de Tauro, que nos habla de concreción, perseverancia, materia y economía, así que es hora de empezar a pensar en cómo podemos utilizar nuestros talentos para ganarnos la vida y en qué tenemos que cambiar en nuestra vida para vivir de nuestros dones.
Por otro lado también tenemos a Saturno en Acuario, formando una T cuadrada con Urano en Tauro y Mercurio en Leo. ¿Qué cambios hay que hacer a nivel mental? ¿Qué pensamientos y creencias nos limitan y hay que transformar? ¿A qué estructura nos aferramos, limitando así nuestra evolución? ¿De qué debemos desprendernos para convertirnos en individuos autónomos?
Leo es un signo de Fuego, elemento asociado al tercer chakra: el Fuego enciende la luz de la conciencia y nos permite activar nuestro poder, dirigiendo nuestras actividades hacia un propósito más elevado; la Tierra (primer chakra) y el Agua (segundo chakra) fluyen hacia abajo, sujetos a la gravedad, pero el Fuego tiende hacia arriba, destruyendo la forma y llevando la energía bruta a una nueva dimensión. El propósito del tercer chakra es la transformación, así que permitamos que este fuego se transforme; utilicémoslo para quemar todo lo que nos impide expresarnos en la verdad y permitirnos finalmente abrazar nuestro poder interior y manifestar lo que somos.
Feliz luna nueva, Francesca Zangrandi
PD. Mañana por la tarde, a las 19.30 horas, nos reuniremos a través del zoom para celebrar juntos el novilunio en la CEREMONIA DE LUNA NUEVA. El encuentro es gratuito, y si quieres asistir, escríbeme y te enviaré el enlace a la ceremonia.