Un nuevo ciclo lunar comenzará esta noche bajo el signo de Libra: el Sol y la Luna se encuentran en el signo y están en conjunción con Mercurio, los asteroides Pallas y Persephone, además del Nodo Sur (lo que significa que esta luna nueva va acompañada de un eclipse solar); y gracias al nodo lunar, también están en conexión con Marte, que, sin embargo, se encuentra en el signo de Escorpio.
Entre las diversas enseñanzas que nos aporta Libra, la más profunda es la búsqueda constante del equilibrio: quizá sea el signo que más capta el sentido de dualidad que rige nuestra dimensión y nos recuerda que definimos todo por su opuesto, que lo identifica y lo contiene, y que por eso mismo ambos extremos son importantes, incluso indispensables, para crear equilibrio. Por tanto, nos invita a encontrar un término medio entre las polaridades, enseñándonos que es precisamente equilibrándolas como podemos experimentar el centro y el equilibrio.
En el Zodíaco, Libra no sólo es el primer signo que se enfrenta a la dimensión de los demás, sino también el primero que se enfrenta a la llegada de la oscuridad.
Esta luna nueva viene acompañada de un eclipse solar anular: la Luna estará entre la Tierra y el Sol, y desde nuestra visión geocéntrica, la Luna oscurecerá al Sol, es decir, el inconsciente oscurecerá a la conciencia, se apoderará de ella.
Y los dos luminares están en oposición a los asteroides Quirón y Eris en Aries, así que de alguna manera tenemos la oportunidad de ver una herida que nos está impidiendo avanzar, evolucionar; y la invitación es a aprender a ver esta herida como una fortaleza, no como una limitación, y esto sólo es posible si dejamos de esconder esta herida y empezamos a reconocerla, sentirla, experimentarla y honrarla. No sólo tenemos la oportunidad de abrir los ojos sobre cómo vivimos nuestras relaciones, sino que también tenemos la oportunidad de ver cuáles son nuestras heridas con respecto a las relaciones.
Así que tendremos la oportunidad de profundizar en nuestros vínculos y relaciones abriéndonos a una nueva etapa que implica soltar y desechar todas aquellas experiencias relacionales que nos han hecho construir muros que impiden una conexión profunda con nosotros mismos y con el otro.
Esta luna nos invita a encontrar una conexión con el otro que sea estable, segura, responsable y confiable, por lo tanto, podemos incluso llegar a romper lazos, contratos y relaciones que nos han dado una falsa sensación de seguridad, ya que ahora sentimos la necesidad de ser honestos con nosotros mismos y no engañarnos; sentimos la necesidad de buscar la armonía, la belleza, la justicia, el equilibrio y el amor (características del signo de Libra).
Los luminares no sólo están cerca del Nodo Sur, que nos habla del karma y del pasado, sino que también están en cuadratura con Plutón en Capricornio, el planeta de la transformación, la muerte y el renacimiento. Así que es un momento de gran transformación en el que necesitaremos soltar muchas cosas que nos mantienen anclados en el pasado, frenando nuestro progreso.
Además, para regir esta luna nueva tenemos a Venus, que ahora ha entrado en el signo de Virgo, pero que viene de pasar un largo periodo en el signo de Leo. Así que en cierto modo no se trata de un verdadero comienzo, sino más bien de un proceso que ya había empezado hace meses, con la entrada de Venus en Leo, donde luego retrogradó, llevándonos a revisar, reevaluar, reordenar, reparar y redescubrir varias cosas.
Feliz luna nueva, y que las transformaciones sean nuevos alimentos que nos nutran a nosotros mismos y a nuestras vidas. Francesca Zangrandi