La gran concentración de planetas en el signo de Tauro se ha debilitado un poco, de hecho Mercurio y Venus ya han entrado en el signo de Géminis; pero en el signo todavía están Urano, Lilith, el Sol y la Luna. Y mañana, durante la luna nueva, no sólo el Sol y la Luna estarán en conjunción, sino que también lo estarán con Lilith.
Lilith, también conocida como la Luna Negra, es muy similar a Plutón, en el sentido de que su energía es muy transformadora, y en el mito representa a la primera mujer de Adán, la que se negó a someterse a él y decidió abandonar el Edén. Lilith representa, pues, nuestros sentimientos más profundos, nuestra naturaleza más arcaica, salvaje e instintiva, la parte que durante siglos se nos ha pedido que ocultemos y reprimamos.
Pero ya sabes, todo aquello que fingimos que no existe, sigue funcionando a nivel inconsciente, y tarde o temprano emergerá con fuerza y rabia, tanto que corremos el riesgo de vernos desbordados. No es casualidad que Carl Gustav Jung dijera: «Todo el mundo lleva una sombra dentro de sí mismo que, si se ignora y reprime, se volverá más negra y espesa».
Probablemente todos hemos escuchado muchas veces la parábola de los dos lobos, en la que se cuenta que un día un anciano cherokee le dijo a su nieto que dentro de cada uno de nosotros hay una lucha entre dos lobos: uno es negro, malvado, lleno de ira, celos y dolor, mientras que el otro es blanco, bueno, lleno de amor, generosidad y paz. El nieto le preguntó a su abuelo cuál ganaba, y el anciano le contestó: «El que más alimentas».
Esta es la versión que generalmente se cuenta, pero a mí personalmente me resuena mucho más otra versión, que se dice que es la original: en esta se cuenta que el abuelo contestó que ambos ganan si se alimentan bien. De hecho, si a uno de ellos decidimos no alimentarlo, se volverá cada vez más hambriento, lleno de ira y frustración, y en algún momento puede decidir canalizar esa energía destructiva hacia nosotros, probablemente esperando el momento adecuado en el que nuestras defensas estén bajas. Mientras que si decidimos alimentar a ambos, la lucha cesará.
Como los taoístas, que nos enseñan a honrar el Tao, la unión del yin y el yang, o como los budistas, que nos invitan a seguir la Vía Media, abarcando la materia y el espíritu, lo humano y lo divino, esta parábola nos invita a abrazar nuestra totalidad, nuestro lado en la luz y en la sombra, nuestro lado más divino y nuestro lado más animal y salvaje, encontrando un equilibrio entre todas nuestras facetas.
Y esta luna nueva nos invita a unir estos dos aspectos, la Luna Blanca y la Luna Negra, nuestros lados de luz y sombra, Eva y Lilith. Pero eso no es todo: esta conjunción tiene lugar en el signo de Tauro, que nos habla de la materia, del cuerpo, de la forma y de la manifestación, pidiéndonos que empecemos a corporizar en nosotros esta unión entre las dos polaridades, que no son más que las dos caras de una misma moneda.
Podríamos ser de la idea de que la parte en sombra, Lilith, no debe ser mostrada, sino que sólo la parte en luz, Eva, debe ser mostrada. O tal vez podríamos ser de la idea de que la Eva sumisa no es para nosotros y que es justo que Lilith se exprese plenamente, sacando su ira, redimiendo todo lo que pasó al ser relegada a un rincón. Pero en cualquier caso no habría equilibrio.
Si una de ellas se ve ensombrecida, también lo está la otra. Si una de las dos la niego y no la integro en mí, la otra tampoco se expresa plenamente y en total libertad. Las dos necesitan mirarse, reconocerse como las dos caras de una misma moneda, y sólo entonces habrá integridad y podrán expresarse ambas, elevando su lado en luz.
Eva en hebreo se llama «Hawah», de hecho en la versión hebrea del Génesis (3:20) leemos: «Y adam dio a su ‘išah el nombre de HaWaH – la Ley de la Energía Vital – porque era la madre de todo lo que vive». ‘Išah se ha traducido como «compañera, esposa», de hecho en la versión cristiana encontramos la frase anterior así: «El hombre llamó a su esposa Eva, porque era la madre de todos los vivientes». (En realidad, la ‘išah es la parte de la mente que no conoce los límites del espacio, y se diferencia de la ‘iyš, la parte de la mente que presta atención a los datos suministrados por los sentidos físicos; pero este es otro asunto que no nos interesa para los fines de nuestro discurso). Lo que nos interesa es que Hawah representa la energía vital, es decir, la acción y la luz que nos permite ser y expresarnos en el mundo exterior, y es la madre que crea.
En cambio, Lilith proviene de la raíz sumeria «lil», que significa «noche, oscuridad». En la versión hebrea del Génesis se la menciona, pero en la versión cristiana esa parte ha sido eliminada y Lilith se menciona sólo una vez en Isaías 34,14: ni siquiera se la menciona con su nombre, sino que se la menciona con el término «búhos», lo que nos remite a su conexión con la noche y la oscuridad. En nuestra cultura, la noche y la oscuridad han sido a menudo demonizadas, exaltando sólo su lado destructivo; pero sabemos que es precisamente en la oscuridad donde podemos dejar morir lo que ya no necesitamos, para poder transformarlo en algo nuevo: ¡la naturaleza nos lo muestra constantemente de mil maneras!
Por lo tanto, sólo si reconocemos e integramos a ambos, a la Luna y a Lilith, podremos realmente crear y manifestar, nosotros mismos y la realidad que deseamos: Lilith es nuestro poder creativo, por lo que Eva sólo puede crear y ser madre si está conectada con el poder creativo, si reconoce el lado oscuro, de donde puede surgir una nueva vida, una nueva idea, un nuevo proyecto, una nueva realidad.
Y Venus, la que rige el signo de Tauro (en el que están la Luna y Lilith), está actualmente en el signo de Géminis, que nos habla de comunicación: como invitándonos a conectar estas dos partes dentro de nosotros, a encontrar un diálogo entre ambas, para sentirnos completos y poder crear y manifestar desde esta integridad.
Feliz luna nueva, Francesca Zangrandi
- Mañana, 11 de mayo, a las 19:00 hora española celebraré una CEREMONIA DE LUNA NUEVA vía Zoom. La reunión será gratuita, así que si quieres asistir avísame.