Luna nueva en Capricornio

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Mañana habrá la primera luna nueva del año y estará en el signo de Capricornio: no sólo el Sol y la Luna estarán en el signo, sino también Plutón.
Capricornio es un signo de Tierra caracterizado por una gran tenacidad, determinación y disciplina interior que lo llevan a trabajar con la máxima eficacia para alcanzar el objetivo fijado.

Sabemos que la luna nueva es el momento en que se nos pide plantar la semilla de la que queremos cosechar los frutos dentro de unos seis meses, cuando la luna llena estará en el mismo signo, pero esta vez la Luna y el Sol están en conjunción con Plutón.
Este último tiene una vibración energética muy alta, capaz de destruirlo todo, creando las condiciones ideales para empezar literalmente de nuevo desde cero, a través de una metamorfosis y una regeneración radical. Nos pide que dejemos ir lo que hemos estado intensa y visceralmente atados, lo que nos ha pertenecido y nos ha defendido, pero que ahora ya no nos sirve, o más bien dificulta nuestro crecimiento; permitiéndonos así despedirnos de lo que fuimos y ya no somos, de lo que fue y ya no es, de lo que nos perteneció y ya no nos pertenece.

Es decir, las estructuras (internas y externas) que nos han permitido llegar a donde estamos hoy ya han cumplido su función y es hora de dejarlas ir para prepararnos para el viaje acuariano. Así que es importante tener claro nuestro papel en el universo, lo que hemos venido a hacer aquí en esta vida, para que podamos dejar ir todo lo que no es absolutamente necesario para el cumplimiento de este papel.
¿Quiénes somos? ¿Qué hemos venido a hacer? ¿Cuál es nuestra tarea dentro del plan universal? ¿Qué necesitamos ahora mismo? ¿Qué necesitamos para servir al propósito de nuestra alma? Usemos este período de Yule, un tiempo de quietud e interiorización, para aclarar todo esto, y luego permitir a Plutón que corte todo lo que ya no es necesario.

Plutón, sin embargo, no es sólo la muerte sino también el reciclaje, es decir, no es que todo debe terminar, pero también puede transformarse, convertirse en otra cosa. Plutón nos enseña que las cosas no pueden ser siempre iguales, algunas cosas deben cambiar; y si aprendemos a ver, pero sobre todo a vivir, estas enseñanzas de manera positiva, podremos reciclar nuestra energía y nuestra fuerza encontrándola en otra cosa, en algo nuevo.
¿Somos conscientes de cuáles son nuestras fortalezas? ¿Somos conscientes de cuáles son nuestros dones? ¿Somos conscientes de lo que podemos hacer? Tal vez algunos de nuestros talentos aún no se han expresado plenamente y nos piden que les demos voz.

Esta luna nueva también está en cuadratura con Urano y Marte en Tauro. Urano entró en el signo de Tauro en mayo de 2018, pero luego con retrogradación volvió al signo de Aries, y sólo a principios de marzo de 2019 entró en el signo de Tauro para siempre, donde permanecerá por mucho tiempo.
Durante miles de años se pensó que Saturno era el último planeta del sistema solar, pero en 1781 William Herschel descubrió a Urano de una manera muy casual e inesperada; y este descubrimiento coincidió con un período de gran renovación social, económica y política, entre dos grandes revoluciones, la estadounidense y la francesa. Así que esto ya nos dice que es el planeta de las revoluciones, de los cambios radicales, de lo inesperado, de la ruptura de los esquemas y estructuras existentes, para permitir que entre lo nuevo. De hecho, mientras los otros planetas giran sobre un eje horizontal alrededor de un eje vertical, Urano tiene un ecuador más o menos vertical que gira sobre un eje horizontal, haciéndonos entender que quiere romper las reglas del juego, mostrandonos que siempre hay otro punto de vista, pidiéndonos que abandonemos nuestra seguridad y redescubramos nuestro ser. Y su símbolo recuerda una antena que apunta hacia el cielo, sintonizándose con lo que aún no está  allí, lista para capturar lo nuevo.

Urano es el primero de los planetas transaturnianos, que en astrología humanista se consideran trascendentes, o sea estrechamente vinculados a la evolución individual y colectiva. Cada siete años, aproximadamente, cambia de signo y su ciclo de revolución dura 84 años (tarda 84 años en volver al mismo signo), por lo que es el último planeta que puede completar su revolución en el arco de un vida humana
Por esta razón, los planetas lentos también se definen generacionales: su posición persiste durante años en un signo influyendo y resaltando los cambios de la comunidad. Mientras que Saturno, según la psicología astrológica, tiene que ver con la formación del ego, Urano es el vínculo entre el individuo y la psique colectiva.

Cuando Urano estaba en Aries, el signo del «yo soy», nos empujó a buscarnos a nosotros mismos; pero ahora en Tauro, nos pide que superemos nuestros límites personales, que nos convirtamos en lo que hemos descubierto que somos, que nos rindamos a lo que somos, aceptándonos a nosotros mismos sin excusas.
Obviamente, para cada uno de nosotros el impacto será diferente según nuestra carta natal, pero a nivel colectivo pondrá en juego el tema de los valores personales, la seguridad material (dinero y bienes materiales) y afectiva. Nos pide que dejemos morir esas partes que ya no son funcionales dentro de nosotros y en nuestras vidas.

¿Qué hemos venido a hacer aquí? ¿Qué estamos llamados a compartir con el mundo? Urano nos pide que lo pongamos en acción, y su posición en nuestra carta natal, más su relación con los otros planetas, nos muestra lo que estamos llamados a hacer en esta vida.
Y si nos damos cuenta de que lo que estamos haciendo no corresponde a lo que hemos venido a hacer, este es el momento para cambiar; porque si no lo hacemos nosotros, Urano encontrará el camino, pero probablemente no será un cambio leve. Entonces, abramosnos a la oportunidad de alcanzar e intentar algo completamente nuevo, caminar por caminos nunca antes recorridos; atrevámonos, salgamos de nuestra zona de confort y busquemos lo que realmente nos nutre.

Y el 6 de enero, Marte también entró en el signo de Tauro. Su ciclo de revolución es de unos dos años y es el planeta de la acción, es decir, en base al signo en el que se encuentra, nos dice cómo nos enfrentamos a diversas situaciones; también se le conoce como el planeta de la guerra, en el sentido de que quiere afirmarse, por lo que si encuentra un obstáculo en su camino no se lo piensa dos veces para desquiciarlo o superarlo.
Tauro es un signo de Tierra, por lo que pide a Marte más solidez y concreción en la acción; pero también representa nuestros recursos, nuestros valores y nuestra cultura, por lo que pide a Marte que actúe para la evolución, empujándonos a hacernos conscientes de nosotros mismos, de nuestro valor, de nuestros talentos, de cuánto podemos dar a los demás. Así que nos dice que es hora de valorarnos a nosotros mismos y a nuestros recursos.

Por lo tanto, podríamos decir que esta luna nueva nos pide plantar una semilla para cerrar todos los procesos que han quedado inconclusos: ¿somos capaces de cerrar los distintos capítulos que han quedado abiertos? ¿O seguimos apegados al pasado y nos volvemos nostálgicos? Esta luna nos recuerda por enésima vez que el pasado no vuelve, que ya ha cambiado, y nos dice que debemos tener fe y esperanza en lo nuevo, aunque todavía no se haya manifestado (después de todo, se necesitan nueve meses para gestar una nueva vida, ¡¿verdad?!).
Saturno, Júpiter y Plutón en Capricornio en 2020 cortaron varias cadenas que nos mantenían atados a varias estructuras anticuadas, y ahora somos más libres; pero, ¿somos capaces de vivir nuestra libertad?

Feliz luna nueva, Francesca Zangrandi

 

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