Mañana se perfeccionará el primer cuarto lunar, que se produce cuando la Luna forma una cuadratura con el Sol. Por un lado la Luna en Escorpio, un signo de Agua, y por otro el Sol en Leo, un signo de Fuego: por un lado la necesidad de mirar nuestro lado de sombra, confrontando nuestras emociones más profundas y así poder cerrar con todo aquello que no ha sido completamente procesado y que de alguna manera aún influye en nuestra vida y nuestras elecciones; y por otro lado el impulso de dejar brillar nuestra luz, mostrando al mundo nuestras capacidades y nuestra fuerza de voluntad.
La Luna está en conjunción con el Nodo Sur y el asteroide Hygiea. Hygieia era la diosa griega de la salud y la higiene, hija del dios de la medicina Asclepio y de Epione, “la que alivia, la que mitiga, la que cura”, invocada como ayuda preventiva en las enfermedades, se ocupaba de la medicina preventiva (cómo cuidar el cuerpo físico y mental para evitar las enfermedades, en lugar de curarlas una vez contraídas). ¿Qué necesita ser transformado en nuestras vidas? ¿Qué necesitamos sanar a nivel inconsciente, especialmente con respecto a nuestro pasado, para poder continuar hacia nuestro destino?
En oposición a la Luna encontramos a Marte, Urano y el Nodo Norte en el signo de Tauro, y esta triple conjunción abre el camino a lo nuevo, que no necesariamente corresponde a lo deseado o cómodo, sino más bien a lo contrario. Pero recordemos que el Nodo Norte nos habla de la dirección que debemos tomar para crecer y evolucionar, por lo que los cambios que se avecinan nos llevarán en la dirección correcta para abrazar nuestro destino. Y estas dos posiciones opuestas forman una cuadratura en T con el Sol en Leo, que está en conjunción con los asteroides Isis, Ceres y Eros: para que nuestra luz brille, no sólo necesitamos alimentar y proteger nuestros deseos, sino que puede que necesitemos destruir algunas cosas para recuperar lo que hemos perdido y volver a reensamblar algunas partes de nosotros que habían sido desmembradas para volver a ser enteros y poderosos.
Plutón, regente de este cuarto lunar, está en el signo de Capricornio, opuesto a Venus y Persephone en Cáncer: cuando reconocemos y abrazamos nuestra sombra, ocupamos nuestro espacio y nos valoramos. Al soltar lo que no es esencia, recuperamos la integridad. Sólo entonces podremos volver a sentirnos suficientemente alimentados y dar generosamente sin vaciarnos. Francesca Zangrandi