Hace unas horas la Luna ha alcanzado su máxima expansión en el signo de Capricornio. Esta es la primera luna llena en Capricornio. De hecho, la Luna está al principio del signo y el mes que viene tendremos una segunda luna llena en Capricornio, pero la Luna estará al final del signo.
Como cada luna llena, el Sol y la Luna estaban en oposición: por un lado el Sol en Cáncer, en conjunción con Venus y Mercurio, y por otro la Luna en Capricornio.
Tanto Cáncer como Capricornio son signos cardinales, es decir, marcan el comienzo de las estaciones, por lo que es característico de ellos iniciar algo nuevo. Cáncer da el pistoletazo de salida a la vida con el acto creativo por excelencia, es decir, no sólo la creación de una nueva vida, un hijo, sino de cualquier cosa, como un proyecto, una idea, etc… Así que podríamos decir que representa al padre nutricio, que cuida del hijo protegiéndolo y apoyándolo emocionalmente, es decir, a la madre. Capricornio, por su parte, también tiene una fuerte matriz parental, pero corresponde más al progenitor que da las normas, que enseña disciplina y sentido del deber, representando así al padre. En otras palabras, Cáncer nos impulsa a crear lo que sentimos con fuerza en nuestro interior, a arremangarnos para crear lo que sentimos que es nuestra misión, nuestro proyecto del alma; mientras que Capricornio nos ayuda a llevar a cabo nuestro proyecto y realizarlo, cueste lo que cueste.
Tradicionalmente, Capricornio se asocia con el trabajo y la carrera profesional; es un signo que nos invita a vivir una vida con propósito, con una finalidad. El trabajo también puede ser algo distinto a la idea clásica que tenemos del trabajo, como una afición, un hijo, la jardinería, la práctica de la meditación, … Y una vez que tenemos claro qué “trabajo” encarna la misión de nuestra alma, Capricornio nos pide integridad: ser coherentes con nuestros ideales, comprender quiénes somos y vivir en la verdad, encontrando también un equilibrio entre el trabajo y la vida privada.
Y Capricornio, el signo de Tierra por excelencia, de alguna manera también crea una estructura que nos ayuda a contener nuestras emociones (Cáncer, signo de Agua), para que no nos sintamos abrumados por ellas ni las derramemos incontroladamente donde es mejor evitarlas.
En esta luna llena, pero también en la siguiente, el signo de Capricornio, por primera vez en muchos años, no está habitado por Plutón, que actualmente se encuentra en el signo de Acuario pero que volverá a transitar el último grado de Capricornio por última vez en septiembre. Así que, en cierto modo, estamos iniciando un cierre.
¿Qué está llegando a su fin en nuestras vidas?
¿Qué capítulo de nuestra vida se cierra?
¿En qué áreas de nuestra vida estamos experimentando el final de un ciclo?
¿Qué es lo que sabemos que está llegando a su fin y podemos acompañarlo conscientemente en este cierre?
Además, los dos luminares forman una cuadratura, aunque no exacta, con Neptuno en Piscis y Lilith en Virgo, ambos en el último grado de sus respectivos signos. El último grado de un signo marca el cierre de un ciclo, y en el caso de Neptuno se cierra un ciclo de unos 13 años, aunque es un planeta lento y tardará bastante en entrar definitivamente en Aries. Pero el último grado de Piscis es también el último grado del zodíaco, así que estamos transitando el cierre de un ciclo mucho mayor, de una época. Y en cierto modo nos estamos preparando para grandes cambios.
La luna llena en Capricornio nos recuerda que ha llegado el momento de responsabilizarnos de nosotros mismos, de encontrar nuestro lugar en la vida, en la familia, en las relaciones, en la sociedad, reconociendo cuál es nuestra narrativa. Sólo entonces podremos hacernos responsables de nuestro propio proyecto, del sueño que queremos realizar, independientemente de lo que quieran los demás o de lo que crean que es correcto para nosotros.
La energía de Capricornio no tiene tiempo para excusas ni victimismos, sino que nos recuerda nuestra responsabilidad personal en relación con nuestra ofrenda a la comunidad. Así pues, es hora de restablecer el equilibrio y hacer lo correcto. Por nosotros mismos y por los demás.
Feliz luna llena, Francesca Zangrandi