El año 2021 está llegando a su fin acompañado de esta luna negra (¡diferente de la luna nueva aunque a menudo escuchamos el término “luna negra” para referirse a la fase de luna nueva!) en el signo de Sagitario, que nos da la oportunidad de cerrar en todos los sentidos, soltando, dejando morir lo que ya no queremos o lo que queremos transformar, y al mismo tiempo abriéndonos a infinitas posibilidades.
Porque la luna negra es el momento previo a la luna nueva, ese momento en el que experimentamos una especie de pausa, de suspensión, y en el que es el inconsciente el que actúa.
Y 2022 nos recibirá con una primera luna nueva en el signo de Capricornio, pero también terminará con una luna nueva en el mismo signo. Y la luna nueva del 2 de enero, al ser la primera luna del año, marca en cierto modo la tendencia energética de 2022.
Sol y Luna estarán conjuntos en este signo, y en su compañía, abarrotando este signo, estarán Venus, Plutón y Juno, mientras que Mercurio acabará de entrar en el signo de Acuario.
Capricornio es un signo cardinal, es decir, inaugura la estación de invierno, y representa la fase de la semilla que está enterrada en la tierra y se encamina a su nacimiento; por tanto, nos habla de autocontrol, paciencia, lentitud, introspección, perseverancia y disciplina interior.
Es un signo de Tierra y su primera característica es una capacidad excepcional de resistencia física y espiritual. De hecho, el invierno es la época más difícil del año: en la naturaleza, los animales que no han emigrado (Sagitario) están hibernando o tienen que demostrar que son más fuertes y resistentes ante la rigidez, el frío y la falta de alimento; es una fase de descanso de la naturaleza, de desintegración definitiva, pero bajo esa quietud está a punto de amanecer una nueva vida.
El animal símbolo de Capricornio es la cabra, que vive en lugares áridos, se enfrenta a las dificultades de la supervivencia en la búsqueda de alimento entre las cumbres impermeables y expresa las posibilidades evolutivas del individuo. El planeta que lo rige es Saturno, que es esencial para nuestro crecimiento personal: de hecho, representa la autoridad, una especie de padre interior; es el regente absoluto del sacrificio y la renuncia, por lo que su forma de actuar puede ser a veces dura, amarga y puede llevar a situaciones difíciles, pero normalmente impone cortes y problemas que necesitábamos afrontar para mejorar nuestra situación a largo plazo.
Sabemos que la luna nueva es el momento en el que se nos pide que plantemos la semilla cuyo fruto queremos recoger dentro de unos seis meses, cuando la luna esté llena en el mismo signo, y Capricornio se caracteriza por una gran tenacidad, determinación y disciplina interior que le lleva a trabajar con la máxima eficacia para conseguir el objetivo marcado.
En otras palabras, la energía de la primera luna nueva del año nos dará la oportunidad de establecer objetivos sólidos y centrarnos en hacer tangible todo lo que deseamos manifestar.
Así que utilicemos esta luna negra que precede a la luna nueva para contactar con el útero de la Madre Cósmica y las infinitas posibilidades, abriéndonos a la manifestación de todo lo que nuestros corazones desean y recordándonos que el futuro está aún por escribir. ¡Entonces con la luna nueva sembramos con un corazón ligero y libre de miedos, que Capricornio nos ayudará a alcanzar la cima más alta!
Feliz luna nueva, Francesca Zangrandi
PD. El domingo 2 de enero, a las 11.00 horas (hora española), celebraremos una CEREMONIA DE LUNA NUEVA Y BIENVENIDA AL AÑO NUEVO: el encuentro será gratuito; si quieres asistir, ¡avísame!