Último cuarto lunar en Sagitario y Sol en Piscis

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El miércoles por la noche, casi al final del día, se perfeccionará el último cuarto lunar. Cuando la Luna está menguante, nos ayuda a limpiar, a soltar lo viejo para dar paso a lo nuevo; el mes pasado el último cuarto lunar ocurrió en el signo de Escorpio, mientras que esta vez estará en el signo de Sagitario, y una característica común de los dos signos es “ir más allá”.
Escorpio nos enseñó a profundizar para encontrar la vida debajo de la muerte aparente, a cavar bajo la superficie de las cosas para transformar o dejar ir lo que ya no vibraba con nosotros y sacar a la superficie las verdades que se escondían más allá de las apariencias. Y ahora Sagitario nos invita a captar el significado de las cosas, a entender el principio más allá del fenómeno, a captar la razón de las cosas más allá de su manifestación, a sentir el orden superior más allá de la perspectiva limitada que tenemos en este plano de la realidad.

Sagitario abre horizontes y nos permite ir más allá de los límites de nuestro hábitat hacia nuevos lugares, tiene una visión amplia de las cosas, y no se limita a lo particular, no se enreda en los detalles. Mientras que Escorpio es un signo fijo y, por tanto, tiende a aferrarse a sus posiciones, Sagitario es un signo mutable, naturalmente inclinado al movimiento y al cambio, hambriento de experiencias y de nuevos horizontes que conquistar.
Así, por un lado tenemos a la Luna, que nos invita a ser confiados, positivos, abiertos al cambio, y que nos da la visión de horizontes lejanos por conquistar y una gran necesidad de libertad; y por otro tenemos al Sol en Piscis, otro signo mutable que nos sumerge en el inconsciente y nos pone en contacto con nuestra alma, con nuestro mundo interior.

Dos energías que parecen estar en contraste: por un lado, el Fuego (Sagitario) que nos anima a lanzarnos hacia fuera, hacia lo nuevo, y por otro, el Agua (Piscis) que nos invita a conectar con el interior. Pero al fin y al cabo, con la entrada del Sol en el signo de Piscis, se inicia un periodo de transición y transformación: por un lado, Piscis es el último signo del zodiaco, por lo que cierra un ciclo y al mismo tiempo se prepara para algo nuevo; y por otro, se encuentra en el hueco entre el invierno y la primavera, entre los últimos soplos gélidos y los primeros rayos cálidos del sol, por lo que podemos percibir una energía inestable que oscila entre la necesidad de permanecer en nuestro caparazón y el impulso de abrirnos al mundo exterior.
En este momento en el signo de Piscis se encuentran el Sol, Júpiter, Neptuno y el asteroide Eros; y Júpiter y Neptuno son los dos planetas que rigen Piscis y que en abril se unirán en este signo (un hecho muy raro, que no ocurre desde 1856). Pero la próxima luna nueva será en el signo de Piscis, por lo que el Sol y la Luna estarán conjuntos en este signo, y con el primer cuarto lunar Mercurio también entrará en este signo, por lo que poco a poco iremos sintiendo cada vez más la energía de Piscis.

Y este signo nos habla de la liminalidad, del espacio indefinido; representa a la vez el principio y el fin, la realidad y la visión, el espíritu y la materia. Nos insta a abrirnos a la imaginación, a los sueños, a la intuición, a la divinidad, al infinito, a las emociones; hemos aprendido todos los matices de la individualidad, hemos pasado por todas las etapas de la experiencia, y ahora estamos preparados para volver a nuestra dimensión más espiritual, pasando del “yo soy” al “nosotros somos”, disolviéndonos en el universo entero, donde todo es uno.
Pero precisamente porque Neptuno es lo indefinido y Júpiter se expande hasta el infinito, el signo de Piscis no conoce límites y corre el riesgo de perderse en el todo, en el caos primordial de la creatividad sin poder canalizarla y concretarla.

Para ello podemos utilizar aceites esenciales de enraizamiento, como el incienso, la copaiba, el ciprés, la madera de cedro (Cedarwood), el vetiver… o la mezcla Grounding. Y como Piscis está relacionado con los pies, podemos aplicar unas gotas de aceite esencial diluido en aceite vegetal en las plantas de los pies.
Si, por el contrario, estamos demasiado anclados y la energía de Piscis nos viene bien para expandir el corazón y abrirnos a lo divino, podríamos utilizar aceites esenciales como la melisa o la mezcla One Heart, aplicándolos en el chakra del corazón, las muñecas y las palmas de las manos. (Si necesitas consejos sobre qué aceites esenciales son los mejores para ti, o si quieres comprarlos pero no sabes por dónde empezar a la hora de elegir unos de buena calidad, puedes ponerte en contacto conmigo).

Así que, en conclusión, dejemos que la Luna en Sagitario nos ayude a hacer un balance de la situación y a lanzar al cielo la flecha con nuestros propósitos, para que la próxima primavera tengamos la oportunidad de ponerlos en marcha. Y apoyémonos en la gran fe de Piscis para confiar en que el universo nos ayudará a realizar nuestros sueños. Francesca

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